“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

martes, 26 de octubre de 2010



(para G.)



es un sueño revestido
con un rostro de mujer,

lo señala el empedrado,
donde duerme la vereda

arrastra en los talones
lo que la tristeza deja

es el llanto de los pobres,
es la herida de los perdidos

tapizado con su piel,
perdido en su cintura,

se le ciñe la cordura
como en la deshonra la hiel,

tantos amaneceres en sus piernas
tantas promesas en sus manos

y su boca ha sonreído
con los últimos peldaños

es el humor embravecido
del Destino fugitivo

la última lucha la escogió por terreno
con el amor de los insurrectos

y su forastero preferido
asaltó con el miedo

ya no habrá noche sin Luna,
ya no habrá silencio sin amor.


N.

You know im such a fool for you...


ojos que miran
que sienten

son tus ojos en mis ojos

que viven
resienten

y nacen
y mueren

son tus miradas de las mías

las que arrancan las voces
muertas del corazón

las que arrancan los sonidos
de la ensoñación

y los convierten

en cambalaches
de artillería pesada

para quien no conoce
de los callejones
en los que el amor
de los amores

hizo vino de la vid.


N.

jueves, 21 de octubre de 2010

martes, 19 de octubre de 2010


Allí, amor
tan cerca del Sol
no es bonito ser sombra.
Y tenemos cerca de las manos
aquel cielo inveterado
enredado entre las ramas
del árbol cerquita de casa,
de la esquina y de la plaza,
donde no parece que la calle
nos saque a patadas
N.

domingo, 17 de octubre de 2010

miércoles, 13 de octubre de 2010






No sé muy bien dónde me quedaron las Letras. Se me perdieron camino a escribirlas. Se escribieron solas, mientras yo las pensaba. Se las robó el último en acariciarme el rostro. Qué manera de volver a encontrarlas, releyendo las viejas epopeyas, sopesando a las antiguas miradas ¿Para qué existen entonces? Si no es para sojuzgarlas. Bello perfil barroco, con la mirada perdida. Figura estoica del milagro, del milagro enceguecida. No son las orquídeas ¡Oh, Amor! ¡Lee a Rimbaud esta noche! Mientras desfallece en el Altar el viejo Dios de albaricoque. Me esfuerzo en decodificar qué significa ese quejido. Es un lúgubre sonido, pero más lugubre es no saber. Si la ignorancia me cubre con sombras, no es tan difícil entender el por qué de esa ausencia de color. Hasta que me invento un pigmento carmesí, me cubro los labios para besar. Entonces sí. No. No es el miedo, ni la amargura, es la Libertad y la hermosa soltura de llevarte prendido de la mano. Alma chiquita, alma enorme, alma libre, alma verde. Verde y Roja. Roja como el 17 de Octubre. Verde como la pradera que se revela detrás de tus ojos, y más atrás todavía están las cadenas. Las cadenas que te apresan y las que te liberan. Galopando el jinete sin cabeza. Muchas historias en un cuerpecito todavía joven, todavía bello, todavía mío, y más mío que nunca, y mas tuyo que mío.
n.

La Bella Durmiente


Lucifernia duerme en su sillón. Son más de las diez ¿No debería dormir? Sumida en su misterio de chifón, reencontrándose en las sábanas de azar. Da ganas de despertarla con un trueno, o de violentarle la calma con una tormenta de rosas. El vestido se le pliega y la piel se le adivina de lejos. Sus ojos tiernamente cerrados vislumbran lo que hay detrás. Lucifernia no duerme, sueña, sueña mucho y por eso dormirá.
n.

martes, 12 de octubre de 2010

lunes, 11 de octubre de 2010

Tamborilean los dedos, todavía tienen ganas de escribir. Y la noche me apagó el cigarrillo, junto con las ganas de dormir. Las piernas, entumecidas. Los labios humedecidos, con la marquita de la mordida que hoy no me dejaba escaparme más de un par de centímetros. Los ojos ya no absorben las letras que me atengo a leer por obligación. Mi alma ha viajado, allí donde vos la abrazás cada atardecer, sumidos en la misma hermosísima verdad que es esto de amarnos, esto de sentirnos, así de cerca, así de verdad. Y suspiro, casi como Werther. Me olvido de que no soy Marlowe y me vuelvo a sentar en este asiento de gabinete. Sin embargo, hay una tremenda quietud esta noche, una terrible desolación colgándose de los hombros de todos los que habitan esta casa. Pero qué bonita manera de tropezarme con cada uno de ellos, y es que da gusto recibir los sinsabores del desencuentro cuando uno ama con tanta locura, con tanta pasión sacándole hasta lágrimas de desesperación por correr al tren y colgarme de sus brazos. Me sonreirá algún hombre al momento de cruzar la calle. Y la vida se resumirá en el niño que me pida un par de monedas. El verde de mi tapado lucirá insulso. Y todo lo que querré es el viento en el rostro, y los apuntes de Rousseau a mano...

N.


N.
(hey, I took that pic)

Un Rock Pagano


No me emborraches, esta noche,
con altas dosis
de Rock Pagano
No me empapes, esta mañana,
con viejos dramas de living room
Mucho menos se te ocurra
abrir las ventanas del paraíso
para cuando las almas se escurran
un Rock Pagano sonará en la Disco.
N.

viernes, 8 de octubre de 2010



´(Una hermosa beba, dijo el Dr. Eugeni; al menos, eso, según mi mamá.
Natalia Araceli López. D.N.I: xxxxxxx. Partida de nacimiento: xxxxxxxxx. Domicilio legal: xxxxxxxxx.
¿Es feliz? : Sí. ¿Es libre? : La libertad está al final, pero quien lucha por ella ya lo es. ¿Quién es?: Mujer, socialista, argentina, todos y nadie. )
Felicidades.
...

jueves, 7 de octubre de 2010

La paradoja es que estos hombres, a los que Platón alude como óptimos para la tarea de gobernar, son los menos interesados en gobernar: porque no tienen ambiciones personales, razón de corrupción en los otros. En cambio, los que sólo ven lo superficial, sí quieren y pretenden el gobierno: éstos no son los aptos, en modo alguno excelsos, por el contrario aspiran a un beneficio personal y esa competitividad guiada por principios muy lejanos a los de la Idea rectora del Bien los destruirá, y con ello, destruirá a la ciudad.
Cuando descubro lo muchísimo que amo a la Filosofía, lo más cuerdo sería dedicarme de lleno a ella. Cuerdo ¿Según quién? Rousseau hablaba de los juicios de valor, aquellos que generaron la mala socialización del hombre a causa de que perpetuaron las desigualdades. A mí no me gustan las casillas, la verdad que nunca fui fácil de encasillar (y pretendiendo huír de cualquier cadena que me atara a un único destino, imberbe, estùpido, egoísta, convencional, conservador, es que viví corriendo e intentando atisbar un grado de fortaleza y de educación que me permitiera encontrar lo que en realidad todos buscan). Paradójicamente a lo dicho entre paréntesis, que no es entre paréntesis porque lo he gritado a viva voz, estudio Abogacía. Abogacía, Leyes. Poder Judicial. Resabios de nobleza que ninguna Revolución terminó por acabar. ¿Por qué, N? ¿Será que sos contradictoria?
Yo no soy yo. Soy los otros. Creo que ninguno es lo que es por mérito individual, es ilógica tal cosa ¿Cómo atribuirse a uno una Naturaleza, una prefijación?. Soy la persona a la que veo llorar, soy la mujer a la que siento deprimida, soy la felicidad del injusto y la riqueza de los que no la merecen ¿No produce todo esto en mí una opinión, un juicio, una manera de ser? Que en modo alguno ocurriría de otra manera. Separar a la persona de Ideología es tonto. No existe la neutralidad. Soy la persona que me ve y a la que miro, soy la triste, la infeliz, la injusta y corrupta que se llena los bolsillos mientras otro al costado perece por falta de lo mismo. Esa última es la parte que detesto de mí y que otros quizá vanaglorian por demás, contra la Costumbre habría que luchar para que todos notaran que eso no es bello, no es bello porque es perverso, no es bello porque es deprimente. No es sano. Ésa última porción de ser - reflejo, la que habla mal del género humano, la que reporta la Gran Costumbre, es la que odio. Tiene su razón de ser, pero no por eso es Justa. Justicia. Justitia. Iure.
Por eso me molestaría de manera absoluta el perseguir un fin egoísta. No creo que el hombre persiga naturalmente un fin egoísta, creo que eso existe pero es una costumbre menor relacionada con el principio de auto conservación, relacionada con impulsos y demás. Y a la que se le ha dado demasiado énfasis por ser funcional a un sistema. No creo que el hombre haga algo naturalmente. No creo que la Naturaleza exista. En todo caso es algo demasiado relativo, como el tiempo, como los días, y son simplemente convenciones que pasarán de moda, de paradigmas cambiantes. Construirse una vida en base a una ambición individual es demasiado inútil. Porque la Vida pasa, y ya no quedamos, somos un átomo volátil en la inmensidad de un Universo (en el cual no somos rectores). No queda más que Trascender, no queda más que resignificarse. ¿Por qué puedo yo vivir y no pueden otros hacerlo así? ¿De qué me sirve entender pero que el otro no?. No queda más que arrojarse a la existencia a la que fuimos arrojados y entretejernos un diorama en el cual podamos sujetarnos. No está mal, existen miles de personalidades que se dedican al mero disfrute individual y sólo reparan en sí mismos. Ahora bien, lo que sí está mal es que esas personalidades sean las aclamadas por el resto de las personas de la manera en que lo son... Como si buscasen la Paz, como si nos guiaran hacia algo más, como si perpetuaran un sistema que incluyera la felicidad de todos. ¿Dónde queda el Docente, dónde el Alumno, dónde el Político? Condenados a ser la espuria, costumbre inveterada.
La verdad es que yo condeno a la gran cantidad de Intelectuales que vociferan verdades desde el Limbo, desde la Torre de Marfil. Son excelentes, los adoro, los leo, los he seguido. Pero no quiero ser una mera intelectual, que desde lo Alto mira con desdén a los que no la saben leer. Para eso ya hay demasiados, yo en cambio prefiero sacar a la calle lo que no se supone debería estar encerrado en exposiciones privadas. Si la Filosofía, si el Derecho, si lá Política, si el Arte, no se pueden transmitir a las masas de modo que estas comprendan lo que ocurre y la razón por la cual sus inquietudes son en realidad problemas estructurales... Entonces, no sirven. No me gustaría continuar leyendo a Sartre en el mismo vagón de tren, donde un niño me pregunta si tengo una moneda, y claramente no le interesa el existencialismo: sino comer. ¿Cómo cubro mi ansia de conocer con su ansia de cubrir sus necesidades básicas, su derecho? Porque mi existencia y la de él deben conciliarse, deben sentirse, deben ser parte del terreno que recorren juntos pero sín saberlo. Qué Soledad siento cada vez que una personita así se me acerca. Qué Soledad, porque únicamente nos acercan los sentidos. Él no me entiende, y yo no lo entiendo. Él no me ve, me mira al costado, arriba, abajo, no a mí. Y por mas que lo desee no lo puedo abrazar, ni acoger con calor. Entonces no puedo continuar leyendo, me duele, hasta no entiendo. Quiero enseñar Filosofía, quiero estudiar, profundamente, pero necesito sacar a ese niño de la calle. Y recuperar la casa que nos quitaron. Y no permitir que sigan engañando a más gente. Eso es luchar contra la Gran Costumbre, es terrible que el que duerme en la calle sea un elemento más del paisaje urbano que ya no les genera deseos de llorar, a todos los demás. Uno se acostumbra, uno resiste. Qué terrible ese poder de adaptación que nos permite todo tolerarlo. Es que debería emplearse mejor, esta no es la vía!. A mí, sí. A mí me molesta, yo no renuncio. Entonces, seré Abogada (pero no para reproducir un aparato burocrático injusto, brazo mismo del crimen que se supone debería combatir)
La Ley, ¿Qué es? No es lo que dictan los medios, no son esos fallos de la Corte. Se supone que es la representación del alma cívica, el reflejo de una volonté. Qué lejos quedó el concepto de ley como inherente a la calidad de ser, ethos social.
¿Desde cuándo uno debe ser simplemente lo que quiere ser y no lo que es necesario que sea?. Entonces, a Platón le contesto: No. Los aptos para el gobierno, no quieren dedicarse a él. No. Yo sí quiero, yo sí puedo, yo sí me arriesgo a tomar esa potestad. Lo que no me aleja de la Filosofía, ni de las Letras, ni de mis pasiones. Puedo estudiar paralelamente, puedo ser autodidacta, puedo antes o después. La mujer está dotada de una increíble habilidad para proseguir varios fines de manera simultánea y hasta ventajosa. He visto a mi madre hacer todos los quehaceres del hogar, criar cinco hijos, atender a un esposo exigente, visitar familiares y amigas, y aún sobrarle tiempo para tejer y reflexionar. Mamá no lo ve, pero es increíblemente capaz. Papá la condena a un segundo lugar, a un no lugar, a no tener lugar. No me agrada su patriarcalismo, como no me agradó que a los nueve años me dijera que nunca iba a poder ser la respuesta a los grandes problemas de la sociedad, que jamás sería lo que el país necesita. No se equivocó: yo, en sí, no lo soy; lo es el Ideal, lo es algo muchísimo más grande que yo misma, la Trascendencia. Qué hermosa palabra. No hablo de grandes honores, no hablo de que la gente me alabe. La Trascendencia le quita mediocridad a la vida, al absurdo. Es un legado. Y como esta vida no me interesa para placeres egoístas exasperados, prefieron trascender. Sí, papá, un día lo voy a hacer, y entiendo que esa crítica dolorosa fue en realidad un fruto de una enorme tristeza: ésa que te obligó a dejar tu país de origen y venir a pelearla en un círculo de depredadores que fue donde creciste. Yo no soy así. Mi fin es algo más noble que el de los políticos de cotillón.
Entonces me cuesta entender a la gente, siendo que en realidad la entiendo por demás muchas veces. No puedo mirar televisión, ni mirar a la gente de la calle, sin tener la extraña sensación de que hay un letargo del que aún no son sacudidos. Tal vez, tal vez lo imagine. Pero no, me rehúso a creer eso. Me rehúso a sentir que mis alumnos cada vez entienden menos que exista tal disparidad entre el heroísmo de héroes históricos y la realidad. ¿Qué es la realidad? Es lo que construimos nosotros ¿Qué construimos nosotros? Hoy: Nada. Las pautas las está fijando el sistema, este Frankestein que se nos escapó de las manos. Eso no es progreso.
Qué palabras torpes, tontas, para expresar algo mucho más intenso.
Entonces. Si mañana muero, qué pasará? Nada. Lo habré intentando. Equivale a morir esto de vivir persiguiendo lo vano.
Los otros nos definen. Sin duda. Yo no soy yo, soy ellos. Ellos articulados de manera tal que acabo por ser esto. Articulados en un yo particular pero que no es pasible de comprenderse si no entiende, primero, a todos los que lo rodean. Es cierto, un poco de Imaginación Sociológica, por favor.
Siempre mucho para decir, y con pobres combinaciones de palabras pero que emanan con enorme fuerza de lo más profundo de mí, es menester difundir ese Manifiesto de mi Náusea, ése principio que me guía. No es Dios, porque no existe. No soy Yo, porque "yo" es artificial. Es la Trascendencia, materializada en un Ideal palpable. El rescate de esa niña que sigue sufriendo por el dolor y por lo injusto. No hay que matar esa sensibilidad que nos hace humanos, por el contrario, rescatarla!
Y todavía me queda tanto más por decir.
N.

martes, 5 de octubre de 2010







Que tu m'aimais encore,
C'est quelqu'un qui m'a dit
Que tu m'aimais encore.
Serais ce possible alors ?
.

Paris de nuit -Les amants

¿Y qué cuando yo no sea yo
cuándo ese espíritu suceda a éste
cuando los pétalos se sequen
y el río se aquiete en su cauce?

En todo caso, ya no habrá más búsqueda,
En todo caso será empezar de nuevo.

¿Y qué si ya no quiero?
¿Por qué este espasmo casi zodiacal?



Te juro que me dolés en el alma.
No vos, sino el hastío,
No él, sino la figura
Que se desfigura
Muy detrás de sus ojos.









Así, nunca tan hermosa,

como cuando a punto de desistir

se sucede

el día

y

la noche








y la brisa y la mañana y el sueño y el letargo y yo.


que envuelta en lluvia

quiero dormir

violentada

por amor.



sacudida por los truenos, doblegada en la marea






con las alas en llamas, inmolada en el placer, de desistir justo allí, a punto de vencer...

N.

Boulevard du Temple I - El daguerrotipo del Ángel


Quiero mi daguerrotipo. Le dijo y lo miró con desdén. El hombre soltaba las últimas pitadas a un cigarrillo consumido. Solo con la oscuridad de la pieza donde nadie parecía acompañarlo. Hacía tiempo que nadie se paseaba por allí. Atardecía con la estupidez de los Martes cuando parece que ya no se van, y ella estaba allí: sí, quería su daguerrotipo. ¿Cuánto le cobraría? Ya no tenía ganas de facturar. Ya en su vida no tenía sentido el facturar. Los caudales de dinero le parecían vanos para comprar felicidad. Es más, ni aunque la tuviera la conservaría.
Quiero mi daguerrotipo. Nena, no podés esperar? No, quiero mi daguerrotipo. Sentate ahí, enfrente, mío, preparo la máquina y está. Acomodate el pelo, mirá a lo lejos. No. Lo que vos más te guste. La miró y la imaginó desnuda. No había reparado, un instante antes, en lo blanco de su piel, ni el contraste de sus cabellos despeinados, ni en la desarmonía de sus ojos y sus mejillas, ni en lo idiota que se veía con ese vestidito rosa que le quedaba corto. No era linda, pero le agradó demás. Necesitaba los lentes de Petzval. Demasiado viejo estaba para apreciar la juventud. Sin embargo, diez minutos después sintió que esa imagen le era conocida.
Tendrá su daguerrotipo. Espera un poco. No tengo los lentes...
Quiero mi daguerrotipo, pero no ése.
Le dijo y volvió a mirarlo, con soberbia. Qué jovencita engreída. No tenía tiempo para eso. ¿Quién sería? ¿Qué quería? si allí estaba su imagen insulsa, la de la muchacha sentada con los ojos perdidos. Ahí tienes ¿Qué? ¿no te gusta?
No.
Se hizo de noche.
no soy fotógrafo de moda, esto no es Rusia.
Yo tampoco soy una señorita.
Lo sospechó, la había visto antes. Ahí sentada, jamás, pero la había visto antes. Qué va, suspiró, sintió los lagrimales oprimiéndole el humor vitrio. Capaz que sí, capaz que era ella. Estaba allí. Y sí, quería su daguerrotipo. No me dejas de impresionar, nena ¿Cuándo fue la última vez? ¿siglo XIX? tenía ganas de vomitar, se mareaba. Al mejor estilo del carnaval vienés. Lo mareaban sus ojos catalizadores de angustia ajena. ¡No me mires, pendeja! ¿No ves que duele cuando alumbrás? Hay gente a la que no le hace bien brillar, mirá si se te consume la vela, la llama se te apaga, te hacés cenizas. Acá está tu daguerrotipo. Te lo regalo. Jamás fue mío.
No lo quiero. Quiero el tuyo. No me veo en éste. Por eso me llevo el tuyo.
No, yo no tengo daguerrotipos, sólo los hago.
Me llevo la impresión del alma en el cobre del amanecer, entonces.
El hombre ya no estaba. La tienda cerró con el reflejo post mortem, y el amanecer encontró las veredas manchadas de rutina. En la mesa la superficie de plata pulida, todavía impregnada de los vapores de mercurio, y el contorno lumínico de una figura de mujer con alas negras.
N.

domingo, 3 de octubre de 2010



Y es que el Olvido, no es acaso... una de las tantas maneras de Recordar ... ?

N.
De por sí la idea muerte no parece ser un infinito del todo asequible a la mente humana. Conocemos lo que la vida es, pero la muerte es la ausencia de ella, está conceptuada de manera negativa sin haberse encontrado - todavía - un verdadero concepto de ese caracter único que permitiría interiorizarla de otra manera.
Qué se yo.
N.

sábado, 2 de octubre de 2010



- sabes que estoy loca, G.
- Sabés que me encanta tu locura, N.
- un día te va a cansar, G.
- No, N. Nunca me va a cansar.
- no quiero que te canses, G
- No me voy cansar mi amor, te lo prometo.


viernes, 1 de octubre de 2010


Todo esta guardado en la memoria.-
(pour toi mon amour)

A las cuatro de la mañana, ya el maquillaje está corrido. El delineador ensombrece los contornos del párpado móvil y la línea que dibujan las pestañas inferiores. Si los ojos son cristalez cromados, ahora parecen un lago contaminado. Pero es un espectáculo urbano en el que sólo vos podés hayar una total claridad, un espejo verdadero.

Qué bronca. La bronca es más fuerte a las cuatro de la mañana. Es como si entre la soledad, los ceniceros, la oscuridad, los azulejos... Todo me habla y me denuncia la crueldad de una noche que por momentos apacibles se me disfraza de orangután, y sale a golpearse el pecho en la selva verde.

En vano prender la televisión, u hojear una revista, las Letras no están ahí, no, no las mías...

A mí me falta el aliento, se me van los hálitos de vida cuando contemplo lo mismo que todos contemplan y no ven.

Pero lo que más molesta es la pobreza moral de los que ostentan enormes cantidades de Dinero.

No puedo evitar la bronca.

Pero lo que más me molesta es la pobreza que nos aqueja a todos. No seamos ilusos. A todos.

N.

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