“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

viernes, 26 de diciembre de 2008

Niebla

¿Qué es esto que no me deja en paz?
Esta neblina que no me deja ser...
Que llena cada espacio de mi alma y la enturbia,
es mi mente la que enloquece...
Es mi mente la que se nubla...
¿Qué es esto?
No ahora, no de nuevo,
imploro en busca de algún cielo
en el que revivan mis plegarias.
Una llama intermitente me cega de pronto,
una necesidad de reiventar mi existencia,
de redefinir mi sentido,
y avivar mi instinto.
Este camino,
por el que circulo,
¿ha sido siempre el mismo?
Avanzo sobre cimientos muertos,
una suerte de contextura perdida
acompaña a mis movimientos
mientras deforma a mi semblante, de lejos,
y de cerca susurra gritos desparejos.
Y estoy sola en esto,
en esta neblina,
estoy sola porque a mi me concierne.
Soy la única despierta
en este infierno,
donde lo que arde
es la quietud, el silencio y la ausencia.
Aquí,
la gravedad es la tensión
que me sujeta al pasado
inherente a él,
y el tiempo es la letanía
y este insomnio una agonía,
un delirio,
es fiebre...
Atrapada en este noctambulismo,
presa del caracter
y de mi como individuo,
marcada por las circunstancias...
Estoy sola en esto,
estoy aquí, sola, y basta.
Frágil y débil,
me resquebraja la desilusión.
Extraño y deseo,
pero no encuentro el pretexto
para guiar a esta opresión fuera de mí.
No puedo abandonar estas ruinas
en las que aprendi a vivir,
es la paradoja de ser tan joven
y haber envejecido tanto .
Deshecha en mil pesares,
soy la expresión de mil avatares
y la definición de una verdad:
la que aún no he descubierto.
Que se tensen mis cuerdas vocales,
y acompañen con énfasis a mis letras,
a mis palabras.
Me han quitado tanto...
Pero aún queda mucho...
Se amotinan las lágrimas y los gritos.
Esto no debería ser una muerte,
sino un renacer.

No hay comentarios:

Buscar este blog