
¿Y quién no goza entre amapolas?..."
Alejandra Pizarnik.
Corro, respiro, me alejo de la estación y la gente mira atenta a la espera de otro tren. Nadie se lanza a las vías, porque ellos no saben que el tren no llegará jamás. Las estaciones se suceden, ellas vienen a nosotros y no al revés. Entonces, señalan y exclaman ¡Allí va otra insurrecta, de corazón en vilo, allí despierta una hecatombe, que alguien la guíe porque se ha perdido!. El rostro de la gente, desde cuándo no es reflejo... ¿Reflejo, he dicho? Nada más lejano que eso. La esencia está en las voces, en las palabras. De repente no, de repente la verdad está más lejos. El abismo resulta insalvable y basta una lágrima... Una lágrima que destiñe todo ademán instrumentado.
Entonces entiendo. Eso supone vivir.
N.
1 comentario:
que bello texto me encato asi :]
Publicar un comentario