(... Fotografía: Man Ray...)
Ese instante, congelado,
recorte del mundo empapelado
con la publicidad del abismo
que despierta del letargo
en el que parece sumido.
Allí estás,
Oh,
ángel nervo,
ángel mío,
abre tus alas, no te quedes dormido,
enfunda la espada, lucha conmigo.
( La victoria más dulce, es la que se sabe inminente
en el silencio, entre el espacio inerte,
y si el puente fue de mentira
no fue mentira que lo cruzamos.)
N.
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