“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

sábado, 28 de noviembre de 2009


(El gorrito -gris- que tenías puesto, te lo sacaste y me lo pusiste. Fue como flotar entre cincuenta mil dientes de león, en un atardecer con llovizna y sin humedad. Bariloche, cielo despejado, atardecer temprano, fiesta por la noche, el micro y durmiendo juntos... sábanas tuyas, prendas mías, aliento a vodka, fernet y risas... ¿Y quién no goza entre esencias compartidas? Cuando la Soledad se destroza en un ambiente de arrabal romántico)

Desde la primera noche sostuviste mi mano con la tuya. Cómo explicarte, cómo decirlo con palabras sencillas... Verás, no es algo complicado, pero es profundo y capaz de entorpecer mi diálogo. Fue como si nada hubiese cambiado, pero en mí estallaba un big bang...
Creo que me tuviste desde ese momento, sino de antes. Tengo la extraña seguridad de que te amé aún cuando no lo sabía, aún cuando no te imaginaba. Caí en el desconcierto de saberme más tuya que mía, en la misma madrugada que amanecimos juntos y sentí cómo me desparramaba entre tus brazos, de qué forma tomaste todo lo que yo era y había sido hasta entonces para reconvertirlo hasta sentirme renacer. Es que siempre fuiste un artista, y yo era argamasa en tus manos. Sentí que de una u otra forma, eso estaba destinado a ser. Y eso sucedió y continúa sucediendo... Amore mío, hay tantas cosas para recordar ¡Tantos detalles, en verdad! que aquí me pongo escribir, y a veces las palabras me vencen y salen como escupidas en estas hojas que no comprenden el verdadero alcance de mi verdad. Esa verdad, no es otra que vos. Vos sos mi verdad ¿Y acaso se puede mentir con eso?
Es que eres como el amor que nos tenemos, la llovizna en la piel tibia, las almendras en chocolate, el pan con manteca, las lágrimas compartidas (por qué no un tango sonando bajo, mientras el vino rueda por las comisuras)
No sé cuál es el verdadero sonido de mis letras, el poder de mi escritos... Pero se desagota mi alma entre estos renglones y se insufla mi pecho por sentirte conmigo. Je tombe de amour.
Yo recuerdo cada conversación en el hall, cuando llegábamos más temprano en las madrugadas para poder subir al cuarto antes de que llegaran los demás y hacer el amor libremente, bastaba con sentirnos más desnudos que de costumbre.
Recuerdo mi enorme atropello por contestar cada interrogante que me seducía desde su esbozo en tu boca. Y es que dejabas derramando deseo en mi piel como para chorrear más instantes lejos... Yo no pude separarme de vos desde que me diste el primer beso... El tiempo se desfiguró y perdió la conciencia, porque desde entonces siento que te tuve conmigo de siempre y que por siempre te tendré allí.
Mil teorías he concebido, ninguna se ajusta a lo que en verdad sucedió. Había comenzado de antes, tal vez, desde los primeros jodidos indicios de que te gustaba (más bien, te atraías, de seguro eran sólo fantasías, y no pasaba del mero imqaginario de placer hedonista dispensado en viajes de aquel estirpe) Pero resultó ser mucho más... De repente, podiamos conversar, de repente mil maneras de concebir el mundo y un solo deseo por concretar.
No sé en qué momento te miré y dejamos de ser compañeros. Tres años como compañeros, la misma escuela, los mismos educandos compartiendo salón, el mismo curso... Pero hubo un cruce de miradas diferente, hubo un contacto cuasi fantástico, un par de coincidencia estrepitosas, circunstancias, personas, tu amigo diciendo "vení, acá está Natalia" y de pronto tu boca, la mía, rayos de sol, amaneceres, cincuenta mil dientes de león, atardecer con llovizna...
Amore... Amor de mi vida... Qué dolo en el pecho esta noche imaginando que alguna vez podría perderte. ¿Y por qué las pesadillas, los pesares imberbes de que ya no estás conmigo si nunca te fuiste y nunca quiero que te vayas?
Esa noche me tomaste de la cintura, me sostuviste el cuello, me besaste copiosamente. Y tengo el ligero presentimiento de que a nuestros costados podría haber caído una bomba y sin embargo nuestro mundo se reducía al espectáculo de nuestras bocas en sereno combate, pleno deseo.
Nos fuimos y llegamos a la habitación. 221, no me acuerdo de olvidar eso. me quitaste la ropa más lento de loq ue esperaba, parecías retratar cada parte de mi cuerpo en tus retinas. Y yo no podía salir de mi asombro. Éramos vos y yo, en contra de todos los pronósticos. Y me derramé en tu cama, desabroché hasta los botones que encerraban mi alma del miedo que significaba lanzarse así por el precipicio. No podía abandonarte desde el momento mismo en que te imaginé conmigo... Yo creo que desde entonces te supe mí, mío porque no podía tenerte... Y hoy que te tengo te siento parte de mi.
Y pensar que cuando viajábamos en el micro no imaginaba ni de cerca que esto podía suceder... Sabía de ciertas indirectas, pero no te veía como si me fueras a ver, y más de una presencia habían arrojado desesperanza en mí.
tanto miedo tengo, porque te amo tanto...
Yo en ese viaje de ida habia tomado una resolución, porque se había que al volver me esperaría alguien en Buenos Aires. Pero uno no elige enamorarse como elegir detenerse frente a un cartel. Como si el amor no fuera ese rayo que llega a partirte en medio del patio para poner patas para arriba todo lo que creías hasta entonces... Ahí es cuando no hay concepto que valga ni debate que se preste. Olvídate del intelceto y ama con el corazón. Te amo con el corazón, te amo con el alma entregada.
Te amo y aun pierdo la razón, porque en esta noche me quedé con miedo.


N.




martes, 24 de noviembre de 2009




Elevó la voz tan alto
Que se le cayeron un par de letras,


Hicieron ruido en el piso


Y estallaron, rotas,

Describiendo sordas notas
De adorable desesperación

Susurró tan bajo
Que se derramaron silencios,

Quebraron la fragilidad del viento


Y perfumaron la tranquilidad,


Escapando a la incredulidad
¿Quién es tan idiota cómo para no oír los colores?
¿Tan incrédulo como para no ver la música?


Se enamoró tanto,

Tanto
y tan profundamente,

Que el Océano de su alma
Se pulverizó en cada despedida,
Cauterizando heridas
Sacrificó mentiras por verdades


Vivió tanto

y

tanto la vivió


Que se fundió con su destino
En una hebra de soledad






Hasta le duele el alma
Por extraviar en el tiempo
(Alguna entelequia)
El placebo para su soledad,

Se pierde ensimismada
En que es mejor esperar el mañana,
Que desesperar por el ayer,

Y hermosa como es

Etérea,

(son sus manos, sus pies)

Danzando incansablemente
En desiertos de insolación

(Le duele sentir la vida
Muriéndosele en los tobillos

Estallando en las vísceras,

Nacer y ser nacido,

Malabares del d e s t i n o )

Entonces,







amanece,






Y ella no está en la cama.






Lo recuerdo por cómo te reíste cuando te expliqué, con seriedad académica, que mi flor favorita era el diente de león. Será que cada vez que cruzo la calle y a mis costados hay uno de esos, se me da por soplar esos dientitos y verlos volar, encantada. La vida me enseñó demasiadas veces cómo el hombre va perdiendo su capacidad de sorprenderse ante las pequeñas cosas... Que el alma no quede sumida en ese letargo que es una horrenda agonía para el espíritu. Podemos perderlo todo, podemos arruinarlo todo, pero por qué reducir el alma al polvo que barremos debajo de la cama...



Lucifernia se acuesta sola en su cama,
duerme para despertar
de la pesadilla,

enredándose las piernas
con sus fracasos de living room,
y la belleza de sus labios
donde muere cada beso
que nunca-todavía dio...

Lucifernia recuerda esta noche
(las recuerda esta noche)
Y es casi triste verla reír
mientras no están...


susurros



derramando



cosquillas


en la espina dorsal








domingo, 22 de noviembre de 2009























"hasta la pròxima, princesa

no
pierdas
nunca

la tiara"


X.

sábado, 21 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009



¿Y qué estarás haciendo cuando anochece en mi casa? Se duermen las ganas de estirar el día entre los ventanales abiertos. Yo, extrañándote un poco más de la cuenta. Vos, siempre infinito, siempre cercano. El día ha claudicado casi por meros convencionalismos estéticos. Y una Maga desgarbada extrañando a su artista (porque sin él no vive, de su Arte se nutre). Hoy desperté de la siesta con besos para vos dormidos en mis labios, será cuestión de que vengas a desterrarlos de la soledad que los vio nacer.
Porque entre interminables madrugadas amaneciendo juntos en un lugar más lejos de Buenos Aires (más lejano que éste que aquí queda) y días enteros deseando que me amaras, no había otra cosa que más ansiara que mirarte mientras me veías. Yo recuerdo tan bien cuando, al llegar la noche, todo lo que deseaba era que bailaras conmigo (y con nadie más). Las vueltas al hotel en el micro, amore… Y una piba como yo (Era yo la misma que soñó jamás con encontrarse siquiera el atisbo de lo que hoy sé atesorar) aferrándose a tus brazos, con aliento a vodka, dibujando un par de letras “N” en el vidrio empañado. Vos no sabías, o quizás lo intuías, que mi alma era como aquel cristal… Que cada tanto, al romperse, producía un estallido descomunal y doloroso, hermoso y reluciente, pero siempre tan gris y húmedo (como la angustia pulverizada en la pleura, que no deja respirar). Llegar al hotel de madrugada era costumbre cotidiana, conversar en el hall con las montañas atrás, atrás el cielo y el viento, atrás todo lo demás, atrás el miedo y la bronca de los otros, porque hasta el tiempo parecía congelado y los instantes que se nos derramaban en la alfombra parecían no extinguirse en su propia soledad. Los suspiros, las caricias, no escatimábamos en dispensarnos amor. Porque aquella tarde, con una merienda de por medio, tu gorrito gris y mis lamentos (porque en la noche teníamos esa fiesta de disfraces en la que no estaba segura de ir a lucir bien…) no sé bien cómo, pero entre dos medialunas acabé por confesarte un enorme pedazo de mi vida. Yo, la de mirada tenaz y compungida, Vos, el de una ternura infinita y esa calidez abrasadora.
Poco a poco, entre tus sábanas y tus abrazos, yo me iba perdiendo, deshilachando, y a la par descubriendo, reconstruyendo, lo que sería de mí (porque, sin dudas, mi vida empezó allí).
Así me encontré hoy, con lágrimas en los ojos, con tanto amor estallando en las vísceras, cuando me hiciste saber que no es mentira, que los anhelos como barriletes se cargan de energía y de furia en el ojo de la tormenta. Yo creo, desde siempre, que yo te amé mucho antes de conocerte. Vos, que llegaste a mí casi sin saber muy bien cómo, no podés irte de aquí. Nadie te puede matar en mi alma, nadie puede extinguirte en el hálito insurrecto de la tempestad de mi espíritu. Y aunque me sé combativa, la causa que defiendo primero es siempre la nuestra.
Alguien te habrá dicho alguna vez “Sos el principio y el fin de lo que soy” yo puedo decirte, en cambio, que soy mucho más complicada de lo que parece, que la simpleza nunca encontró hogar en mi razón. Acaso un algorítmico crisol de realidades surrealistas (un poco más rara que una naranja mecánica), léase Spinoza y a Rosa Luxemburgo. Pero eso no importa, porque cuando estamos juntos soy todo lo que quiero ser, soy la persona que veo y la que ves, y nada puede estar mal. Hay nubes y bichitos de luz donde creí que ya no había más, hay días y noches enteras concatenadas en las gotas de llovizna. “God is in the rain” dice Portman en Closer. Y puede ser que todavía existan profundos enigmas en mi alma, pero prefiero amarte a todas las verdades científicas
Dime si no… Pero algo así de mágico no puede estar destinado a terminar. Sé que con nosotros yo podría escribir un bello Rayuela, acaso una preciosa ponencia de cómo creemos que el Cielo está sobre nuestras cabezas cuando en realidad está en los ojos de la persona que mira profundo en tu alma. Porque hasta tan tarde te sigo mandando mensajes… Sin importar cuántos, no bastan para explicarte lo que quiero decirte, aunque desagote en cada letra hasta el más ínfimo retazo de la existencia que tanto cambiaste cuando llegaste a mí. No existe mejor manera de decir, que te amé desde el primer instante. Porque, cuando me encontraste, no creía en eso… ¿Amor? Una mentira edulcorada, una pieza de Arte que se vende muy bien, un cadáver maquillado para lucir alguna vez bien. Je tombe d'amour, ya no me suena a pavada. Somos esa tarde enredados en la propia parafernalia y dejándonos elevar por las correntadas de viento en Bariloche. Y es que enamorarme de vos fue el instante en que la ola se rompe en el acantilado, fue el amanecer destilando algo tan perfecto, tan lleno de gloria, de entre todo ese caos… Como sacar oro del fango, entre la ira de los dioses encontramos un paraíso propio.


martes, 17 de noviembre de 2009



"Te amo aún cuando no te amo"

Un atardecer dorando el alba, despidiendo luz en todas las ventanas. Dolía como una melodía de Tchaikovsky sin terminar, una fiebre de Boquiat en su más hondo suspiro de bronca. Pulverizando su corazón los misterios de la vida que apenas estaba descubriendo. Un alma añeja con sabor a prohibida embalsamada en un cuerpo de poco más de dieciocho años (y un manojo de nubes y ramas atravesando el Cielo le recordaron lo magnífico de aquel cuadro de Renoir)
Brutalmente; la misma flecha que alguna vez la atravesó para herir su piel en lo más hondo y formar esas cicatrices que, como los recuerdos, son piel vieja que intenta cubrir nuevas heridas cada vez. Esa misma flecha atravesó los vestigios bellamente dispuestos de un corazón que, como el cristal, hasta en la forma de romperse era hermoso. Los instantes se detuvieron (¿Era acaso de noche o un eterno amanecer en sus brazos?). Las cicatrices de guerra que cubrían su rostro y que no quería (¿Por qué hacerlo?) maquillar, de pronto sanaron solas. Cuando una cicatriz sana en realidad sólo se confunde con la dermis, porque interiormente el alma se humedece. Pero al meno no duele, al menos no, duele. De pronto la soledad se puso demasiado petulante para su gusto. Y enamorarse, que antes le había resultado un juego de niños confuso y exhaustivo... Porque ya hacía un tiempo el amor le resultaba una mentira edulcorada, una pieza de Arte que se vendía bien... Enamorarse se convertía de pronto en una hermosa manera de descubrir al mundo, al mundo desnudo, al mundo en profundidad, al mundo en puntitas de pie cuando está a punto de secuestrar esperanzas dormidas.je tombe d'amour, ya no me suena a pavada.



miércoles, 11 de noviembre de 2009



Me sentía un cuadro de Ruysdael, o La muerte de Marat.

Mi espíritu se desprendió de mi cuerpo (y lo digo con acierto académico, lo digo como si aceptara que el alma es inherente al cuerpo) y casi por inercia, se dejó atropellar.

¿Es que nunca iba a representar una realidad a lo Hobbema? Pero quién quiere molinos de agua cuando hay tanta turbulencia en las tormentas.

Mi corazón, sí. Ésa hilandera mecánica, ha desenhebrado un hilo que ha desarmado el diorama que ha constituido mi desastre de hoy. Cómo haces para tomar ese hilo, arrancarlo, y hasta destruirlo, y devolverme a mí a mi vorágine personal.

Soy yo, es el abismo, y aquí está N.


Más rara que una naranja mecánica...

Nos hemos visto ya, Alejandra


(Dedicado a Ale Pizarnik)



http://www.youtube.com/watch?v=jHWeTFzVehU&feature=player_embedded





Nos hemos visto ya, Alejandra

Camino sin caminar,
resbalando por las veredas
como las gotas de lluvia
incinerándose en su propia soledad.

Y chorreando los instantes,
los recuerdos, los pedazos,
los fragmentos de mí
rodando y lloviendo como adoquines.

Llorando las alegrías,
llorando el perfume del jazmín.
Gritando por lo bajo,
estridencias del propio ser ahogándose en el propio ser,

(y quién dijo que ser significaba existir.)

Nos hemos visto ya, Alejandra.

Desde tus abismos existenciales
hasta tus puentes surrealistas
para cruzarlos y encontrarte,
al otro lado, con vos misma.

Nos hemos visto,
y de vez en vez nos cruzamos,
cuando los desiertos verbales
nos alejan insolándonos,
nos subvierten las mentiras,
nos estalla el arte en las vísceras,

y hace tanta soledad
que hasta las letras se aniquilan…


Nos hemos chocado entre páginas,
entre hálitos que no son ni de vida ni de muerte,
son hálitos de existencia.

Hemos entablado uno de esos diálogos,
mientras buscamos esperando,
mientras buscamos con la espera.

Porque siempre se está aguardando, siempre se está al filo de la espada iluminada.

Entregadas,
surrealistas,
expresionistas,
desmentidas,
desertoras,
insurrectas,
lejanas,
imberbes,
violentas,
delicadas.

Las perlas negras,
negras de tan pálidas,
del collar de Madame Lamort
(“no es posible,
pues en parís no hay tranvías”)
la geometría del destierro de las almas.


Respiro sin respirar,
la porosidad de los momentos.
Alrededor un sin fin de encuentros y
desencuentros,
voces y costumbres.

Y sólo nuestros sentidos,
sólo ellos nos acercan.
Vos y yo, Alejandra,
enloquecimos por la conmoción de esos sentidos
daba asco hasta la normalidad
esa "cosidad" rayuelezca.

Y nos detuvimos a mirar en el espejo
y a no contentarnos con el reflejo sardónico de nuestra inocencia.

¿Es que acaso no somos todos verdades enmascaradas?
Sólo el amor es la verdad en bruto,
la semilla desmembrada de todo lo demás,
la espina que duele y que hace sangrar hasta que nada más se siente…

Nada más que la espina, es la espina la que duele y no el cuerpo (puesto que es el alma, no el corazón)


...


domingo, 8 de noviembre de 2009



Y dejo constancia a través de estos escritos de que jamás me molestó el saber que alguna vez fueron tus manos las que enfundaron su cuerpo, bañándolo de caricias y alienando besos, que solían pasar juntos la mayor parte del tiempo, que solían dedicarse palabras de amores a lo camp.
Lo sé, yo fui testigo, yo estuve en la avant prémiere.
No es más que una apátrida, baby, tú y yo lo sabemos tan bien.
Ella se ha vuelto ruinas y está en reconstrucción. Como cuando el Imperio Bizantino abandonó Constantinopla ¿Qué ocurre cuándo el territorio ha quedado devastado? Pululan los gérmenes de la desidia y claudican los estándares del amor.
Acaso buscará reponerse prediciendo una Restauración... No, todos sabemos que eso no va a ocurrir.
Sería intentar revertir la llegada de los turcos otomanos, y vaya que su rostro tiene facciones de nativos. Pero, muchacha, dale tiempo al tiempo, espera a la espera. Devuélvete a la gracia antes que a la pena. Esperemos en tanto que estamos esperando. No hay ningún pedazo de culo que valga más de cincuenta mangos, si querés inspirarte en Buko...
Reconozco que en algún pasado formó parte importante de tu vida, el archipretérito de su existencia –sin embargo- no la condena a sonsacar nuestro presente. Un poco más de respeto por vos misma, tu identidad no tiene que quedar en la zanja. La reconozco en tanto la sé cercana a lo que alguna vez fuiste, la reconozco en tanto te reconozco a vos todos los días de mi vida. Pero las calles que se nos iluminan con la refulgencia de nuestros días no tienen por qué empequeñecer sus noches.
Está tan lejos de nosotros…
Que da tanta lástima verla derramándose por las veredas, cual huérfana sin idiosincrasia, convirtiéndose en esa suerte de pérfida viscosidad que pretende ser el ungüento amarillo para su soledad. Cien años de soledad se embalsaman en la melancolía de un rostro abandonado. Pero qué puedo decirte, mina, te lo has buscado. Y no soy quien para juzgarte, sólo para aconsejarte que no revuelvas más cajones viejos, porque acabarás por erosionarte con ellos.
Buena suerte, niña, y corrige los ademanes sardónicos. De qué te sirve el rencor y la furia cuando aún hay pedazos salpicados tuyos… Da gracia verte parafrasear, todavía tantas piruetas que no sabes dominar y pretendés deshacerte de los obstáculos de la vida… Pulverizá la angustia con tus canciones de living room.
El maquiavelismo de tu impertinencia te vuelve más frágil y menos tersa para quien te aprecia desde lejos. Tené cuidado, pendeja, no podés maquillar lamentos ni conflicto interior. No endurezcas la mirada cuando nos veas por ahí, no frunzas los labios porque acabarás por zurcir sonrisas (actitud vomitiva la de quien encuentra infortunios en la felicidad de otros, mejor mendigar caricias que soslayar la vida entrando por tu puerta y estallando detrás de las ventanas)
Y dejo constancia a través de esta escritura automática y desenfadada de lo bellísimo que se ve el panorama de ayer, hoy y mañana porque estoy con él. Y qué bella forma de desentramar el diorama, el collage simbiótico que entre los dos generamos. No nos importa el destino tuyo, minita, porque sos vos misma la que tiene que decidir qué hacer con su vida (no exprimas el tiempo en entelequias ni en peripecias infantiles, mejor mirá un poco más al horizonte y descubrí sus nuevos matices)
Te deseo suerte, estupefacta babel, bonne nuit tout le monde... Pero no sirven los perdigones de papel para torres hechas de mucho más de lo que podrías entender.

Carpe diem, compañera.

"Dinosaurios"



Nacidos así

En medio de esto

Mientras rostros de tiza sonríen

Mientras doña muerte sé ríe

Mientras los ascensores se rompen

Mientras panoramas políticos se desintegran

Mientras titulados universitarios trabajan de recaderos

Mientras peces envueltos en petróleo escupen presas

Envueltas en petróleo

Mientras el sol esta enmascarado.

Hemos nacido así
En medio de esto

En medio de guerras prudentemente locas

En medio de visiones de fábricas con vacías ventanas rotas

En medio de bares donde la gente ya no habla

En medio de peleas que pasan de los puños a las pistolas y a las navajas

Nacidos en esto


Entre hospitales tan caros que es más barato morir

Entre abogados que cobran tan caro que es más fácil declararse culpable

En un país donde las cárceles están llenas y los manicomios cerrados

En un lugar donde las opulentas masas convierten en héroes a los ineptos

Nacidos en eso

Caminando y viviendo a través de eso

Muriendo por eso

Mutando por eso

Castrados

Envilecidos

Desheredados

Por eso

Engañados por eso

Utilizados por eso

Jodidos por eso

Enloquecidos y enfermos por eso

Convertidos en seres violentos

Convertidos en seres inhumanos

Por eso

Los corazones están ennegrecidos

Los dedos buscan las gargantas

La pistola

La navaja

La bomba

Los dedos se dirigen hacia un dios insensible

Los dedos buscan la botella

La píldora

El perico

Hemos nacido en medio de esta lastimosa devastación

Hemos nacido en medio de un gobierno endeudado hace 60 años

Que pronto no podrá ni devolver los intereses

Y arderán los bancos

El dinero no servirá para nada

Habrá asesinos libres e impunes por las calles

Habrá pistolas y grupos de gente vagando

La tierra no servirá para nada

Disminuirán los alimentos

El poder nuclear estará en manos de la mayoría

Explosiones incesantes sacudirán la tierra

Hombres robot afectados por radiaciones acecharan a otros hombres

Los ricos y los elegidos observaran desde plataformas espaciales

Haremos que el infierno de Dante parezca un juego de niños

No se vera el sol y siempre será de noche

Morirán los árboles

Morirá toda vegetación

Hombres afectados por radiaciones comerán la carne

De otros hombres afectados por radiaciones

El mar estará contaminado

Desaparecerán los lagos y los ríos

La lluvia será el oro del futuro.

Un viento oscuro traerá el olor a cuerpos putrefactos de hombres y animales

Los escasos supervivientes serán abatidos por nuevas y horribles enfermedades

Y las plataformas espaciales se irán destruyendo por el desgaste

El agotamiento de suministros

El simple efecto de la decadencia general

Y entonces surgirá de eso



El silencio más hermoso jamás oído




Y el sol aún oculto

Estará esperando el próximo capitulo.




Charles Bukowski.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Apunte Callejero

Apunte Callejero
Oliverio Girondo

En la terraza de un café hay una familia gris. Pasan unos senos bizcos buscando una sonrisa sobre las mesas. El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles. En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana.

Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar... Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda...

Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja entre las ruedas de un tranvía.


Río de Janeiro, noviembre, 1920.

Hermanas

Hermana de alma, hermana de corazón, porque llevamos inmersos en la sangre pedazos de identidad común. Creciendo y arrebatando la una a la otra hálitos inspiradores provenientes de las mil regiones en las que sabemos reencontrarnos. Porque me caí tantas veces (¿Recordás tantas lágrimas de noche?) Y siempre hubo un familiar impulso de parte tuyo para regresarme al camino... Y mirá que hemos caminado lejos, tan lejos, pero mucho más cerca de nosotras mismas.
¡Y mierda que nos parecemos...! ¡Y la puta que vale estar viva...! Por tenerte a mi lado para desdibujar o reconstruir senderos, doy gracias al Cielo que sé que algún día arrojará sobre mi cabeza las palabras adecuadas para esta suerte de amistad alada por la que hoy quiero agradecer.

Me hacés enojar, pendeja, y vaya que sí... Talento especial y disgregador (¿pero vos sabés cuántas vueltas a la calesita te faltan?) Vos sos la madurez, vos sos la mayor... ¡pero dejate de joder con esa voz de antiguo rellano! cual éxodo involuntario elevo un poco el tono de voz contestatario ( y cuesta sólo un gesto de tristeza para derrumbar mis minados terrenos levantados en muros más duros que el propio semblante lleno de furia) cual sirena en la mar vos sabés nadar (pero para saber remarla es necesario ser náufrago... Y es éso lo que yo soy... Pero vos me enseñaste a naufragar).
Y es que hay diversidad de puntos en los que divergemos... Tu sentido de la vida, mi pretérito imperfecto, tus canciones e ilusiones, mis maneras y mis cuentos... Pero, indudablemente, nos queremos tanto, morocha... Desde chiquita que te ví y te tuve como mi mejor amiga, como la mamá segunda, como la histeriquita de mi corazón...

Acaso los veranos entre secretos o los inviernos entre meriendas no serán jamás superados por la tristeza que me provocaría tu alejamiento, pero sé que eso no puede ocurrir (demasiado palabrerío para decir simplemente que te quiero, amiga mía, hermana del alma, locura y enredos, gracias por existir)
Ésos arrebatos repentinos que tenemos (cuasi tenebrosos) de arremeter la una contra la otra, sin embargo, baby, el primer escondite mío está en el refugio construido tuyo - y viceversa -
A veces me pregunto si no contamos con el mismo corazón. Claramente nuestras almas se diversificaron, nuestros semblantes se ablandaron o entumecieron con los años, - cuando vos cantás yo bailo - pero nuestro corazón parece ser uno (en cada sufrimiento mío está el tuyo, y en cada victoria lograda por tu espíritu está el mío festejando). Y no es que seamos gemelas, si quiera unidas en exceso, pero contamos con el mismo dialecto para enunciar cualquier entelequia.
Boquitas de aceituna, Ojitos de chocolate, perdidas o encontradas, si estás vos - estoy yo. I N E X O R A B L E M E N T E.
Cual personal de maestranza, las argucias entonandas que cada tanto nos soltamos (como perros liberados y al ataques ya sin frenos) no pueden más que limpiar un poco el terreno de la dulzura que mucho más rápidamente tendemos (si algo se avería, arreglarlo es más ameno)
Yo sé mejor que nadie de tus añoranzas y tus sueños, vos conocés en demasía desde mi crianza hasta los mil pañuelos que llegamos a desgastar juntas. Y por qué será que la nostalgia tiene nombre de mujer. Y por qué mis delirios de Arte te sostienen como Atril.
Viajemos a Constantinopla, amiga, seamos libres porque para eso nacimos. Que nada te ate a ninguna silla, sólo a la que vos construyas para tu asiento. Que te garúe finito la mayor parte de los días de tu vida. Que tengas siempre por espejo la verdad de tus palabras repetidas por las mías. Y que siempre, pero siempre, esta amistad se perpetúe...
Hermana mía, corazón de cotillón, delirio entre Maquiavelo y Montesquieu, sos la bandera de mi prosa (al menos hoy, que aquí te escribo)
No te pierdas, minita, en ningún café repleto hasta el hastío. Y quien quiera que lleves de tu mano, recordá que tus sentimientos suelen ocupar parte en mis propias mazmorras (e s t a m o s e n e s t o J U N T A S)
amiga del alma, te llevo conmigo, adonde sea que nos lleve el viento, de noche hay momentos que compartimos.
Pendeja de irrelevante insolencia para callarte bastaría un par de lienzos de Delvaux, con algunas pinceladas de Magritte, yo te dibujaría hasta encontrar la forma adecuada de apretar la carbonilla para captar uno a uno los maticez de la vos que de entre todas mejor reconozco (será que, carajo, se parece en exceso a la mía)
Te tuve por guía en casi todas las cosas, es grato saber que podés tenerme a mí también como tal ( y cual sales en el Océanos, perdernos juntas una vez más )
Corré siempre lejos y despeinándote, bonita, porque sos mil veces más hermosa cuando no te atan siquiera los reflejos. Sos un lindo tono entre el Nocturne de Chopin y los tonos de Beethoven en Moonlight. No te desmenuzes en espacios fríos, desperezate aunque sea a un costado que ya llega el turno del que se sienta a esperar.

Muchacha almendra, no me dejes sola jamás.

Te quiere y estima hasta las 26 horas del día - la - nenita - de - siempre - colgada - de - tus brazos



GyN





miércoles, 4 de noviembre de 2009

Constantinopla



En el Mar de mármara
la isla se abre entre las aguas,
se avista el Cuerno de Oro
y Estambul nunca fue tan verdeazulada...
Bienvenido a Constantinopla,
aquí el viento transporta coplas,
y es posible que te dejes seducir
por las sirenas de la mar
convertidas en atril
y el refugio de un Dios exiliado
apenas recientemente encarcelado
en un cuadro de Gauguin



Caigamos juntos en la puesta de Sol,
que no te irrite la gente
los que vuelven a sus casas, y van pisando empedrados - ¿es que aún continúan caminando con sus pies?, la resginación como perdigón en el alma



Es que ellos todavía no se acostumbraron a encaramarse con el sol de la Tarde,
amoratados por la melancolía del crepúsculo,
han dejado caer sonrisas con el atardecer,



estamos casi solos, Nene

inmersos en la desolación,

¿Y qué mejor que arder en llamas
hasta derretir los desiertos
de insolación?


pero hoy abrí tu ventana,
hoy tocaste mi puerta,
inmersos y platónicos

(hartos de esta vorágine cosmopolita
de mentiras y creencias aclimatadas,
Maquiavelo y aluvión sefardita,
Flores cortadas y álamos talados)

experiencias surrealistas
cadenas desencadenadas

La Libertad de Delacroix
y las hilanderas casadas con artistas belgas han desentramado el diorama de mi paciencia hasta obligarme a discernir

Rescatamos las injurias de los rostros mudos por el tiempo, sedición en nombre de los emperadores del silencio, la Historia no ha rescatado a los caídos en la batalla del Viento, y de allí nacimos... Por esa misma Victoria hoy caemos,


en el atardecer




de la Primavera de los Pueblos




martes, 3 de noviembre de 2009


¿Qué ocurriría si nos separaran?

( toc, toc... Llaman a la puerta,

amanece y Lucifernia no quiere despertar,

¿Qué ha pasado entre sus sábanas

qué ha desteñido su delineador?

incinerando penas

con vasos de alcohol?
)

En realidad, todo continuaría (y en la continuidad está la existencia perpetuada)

Todo seguiría, para bien o para mal.

(plop, plop...

La lluvia golpetea los ventanales,

Lucifernia quiere humedecerse el rostro

hasta la saciedad y el agotamiento

de su propia beldad
)

La escuela terminaría, comenzaría la Universidad.
Visitaría todos los museos posibles, ansiosa de conocimiento y absorbiendo como esponja toda estética capaz de conmoverme, continuaría comprado colecciones completas de libros de Arte, y emocionándome con los mismos capítulos de Rayuela y la nostalgia de "Salvo el crepúsculo" hasta el hartazgo.
Y, como siempre, leería y escribiría febrilmente, escupiendo argucias a los envidiosos, conociendo gente de todas partes del mundo y del círculo, sonriendo con lo que fue y lo que será, siendo el orgullo de mamá y papá, la admiración de mi hermana y la más pequeña de mis hermanos.
Los días se sucederían en su irremplazable parámetro horario, convencionalidad que a veces me desquiciaría, enseñándome a vivir y a reinventarme con su paso.
Se vive sin recetas, pero es la pasión la que condimenta, y la intensidad del ser plasmado en sus acciones y expresiones la que crea el lienzo.
Caminaría, como siempre, dejándome seduci y seduciendo.
Imaginaría, eternamente, las mil historias de los mil amantes que se buscan y no se encuentran justamente por estar buscándose o que entre sábanas y discusiones varias le dan argumentos a la soledad para tener razón de ser (y a la cotidianeidad para no dejar de existir)
Continuaría vistiendo con lo poco que tengo, pero conseguiría un trabajo y proyectaría más anhelos.
Comiendo chocolates, pintándome los ojos, olvidándome de ciertas cosas pero recordándolo todo.
Adorando los días de lluvia, enamorándome de los poemas, queriend resucitar a Cortázar, cambiar al mundo, militando con la izquierda...
Escribiendo, llorando, escribiendo, riendo, escribiendo, respirando, escribiendo, desparramando, escribiendo, perdiendo, escribiendo, ganando, escribiendo, queriendo, escribiendo, adorando, escribiendo, aprendiendo, escribiendo, enamorando, escribiendo, reflexionando, escribiendo, conociendo, escribiendo, mintiendo, escribiendo, confesando, escribiendo, equivocando, escribiendo, leyendo, escribiendo, pintando, escribiendo, viviendo, escribiendo, muriendo, escribiendo...


Todo continuaría...

(tic tac...

las horas que pasan,

se acoplan los instantes

en un inventario de dolor...)


Alternando el bien y el mal, obteniendo y perdiendo.

Mi familia, los exámenes, las caídas, las victorias, mis amigos, mis enemigos, mis amores, mis amantes, mis recuerdos, mis orgullos, mis decepciones, mis detractores, mis insurrectos, mis compañeros, mis cómplices, mi progreso, mi felicidad, mi retrospectiva, mi propio ser, mi actitud altiva, mi humildad, mi desprecio, mi oberbia, mi profundidad, mi pensamiento...

Pero

Si nos separaran

Todo eso lo haría:

sin el abrigo que descompone mi abatimiento,
sin la frescura de las mañananas cuando son verdaderos desiertos,
sin recibir el beso que haga temblar mis labios, motivo de alguna poesía guardada en los bolsillos y destinado a revolcarse con las más cómodas ideas,
lo haría sin hacer, casi sin entender, casi sin ser feliz...

Porque, probablemente, la parte más importante de mí (esa de aquella noche, sí, ésa, la que no te ve partir) abandonaría mi cuerpo para buscarte (donde sea que estés, no puede ser tan difícil, ya sea en un cuadro de Renoir o en el azul conspicuo de Mondrian)

Puedo perdonarle al Cielo que derrame infortunio y desgracia por la Tierra, pero no que devalúea a los ángeles exiliados de sus navíos. Ángel, mío y más mío que tuyo, tus alas no las recorta la inmensidad. Si nos separaran hoy, mañana te volvería a encontrar. Todo sería una reconstrucción, las ruinas son piezas de Arte también...


Y lo que sea que quede de mí, acaba por ser tuyo





Muchacha árbol


Muchacha árbol.
Inocente y altiva.








lunes, 2 de noviembre de 2009



Pequeña
alma chiquita que no fuiste
susurro en una noche perdida
mano sujetada a la mía
te desprendiste




y de pronto













te

f u i s t e
...








como un ángel
a poblar otros cielos,
pequeña, pequeñita,




cenicienta de mis besos



llena de luces

de estrellitas,



corazón enjunto y parte del mío




te disgregaste de mi cuerpo



exhalaste en mi suspiro

escondiste con regocijo


la esperanza de tu ser



que pudo ser y no poder
arremeter su existir





Como a una pintura de Delvaux

Me di cuenta de que, en el fondo, esas ausencias eran hendiduras. Abruptamente, la humedad ascendía y se esparcía a través de ellas en lo más profundo de mi alma. De pronto, la encontraba gris y enrarecida, acompañada de un semblante compungido. Adolorida, por penas cuasi infantiles, berrinches de otro tiempo, llena de nostalgia y bostezando privilegios del rencor. Me di cuenta, en el fondo, esas ausencias dolían (aunque, la mayor parte del tiempo, el orgullo nos la permitía aflorar)
Será, entonces, que las personas cambian y al cambiar arrastran pedazos de lo que alguna vez fueron. Será que a la par de las desdichas y las alegrías que construyen el sendero, quedan fragmentos y memorias en los subsuelos del mismo. Es cuando uno se para al costado del camino, que revee aquellos propios salpicones de existencia, horadando el pavimento o cultivándose en la tierra (no vaya a ser que la lluvia los lave hasta desteñirlos... y la mayor parte del tiempo, es ésto mismo lo que ocurre... Queda esparcido el añil de lo pasado, pretendemos reinventarnos a partir del mismo)
Ellas me vieron a mí como a una pintura de Delvaux, acaso siempre determinado recelo al acercarse (siempre cautela) al aproximarse a mí. Una muchacha de Delvaux, siempre perdida en su autodescubrimiento, avasallada por mil escarmientos y la hostilidad de un mundo de sofocante aire a imperialismo. Siempre en su pueril aventura de vida, necesitando un rescate para las propias trampas que se tendía. Entonces, N siempre fue la lejana, la inalcanzable, tan estúpidamente fuerte y débil como los huracanes cuando están a punto de desaparecer (absorbidos por su propio trombo). Se ve que hacía tiempo que dejaron de ver en mí, la imágen que yo les quise dar... A mis pequeñas, a mis hermanitas, a mis amigas y cómplices.
Traición cometida por no entender ni compartir, traición transmitida a través de la lejanía y la sorpresa de su partir sin avisar. Alegato de egoísmo y desidia, porque se supone que cuando alguien se va de tu vida (y es éste un ser importante en ella) debe al menos decir adiós... ¿Qué les importa escatimar en dolor?

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