“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

sábado, 31 de julio de 2010

Non... Re Ne Rien... Non. Je Ne Regrette Rien...


viernes, 30 de julio de 2010

Mi Tango Triste




¿Qué decís?

Dejame el vaso en la mano

Lleno de esa sangre amarga

Que me roba de la garganta

El calor del corazón…


No me toques hoy, niño.

Dejame que me duerma sola

y con este vaso llorón…


Que el vestido no me ajusta

Ni me duelen los pies,

¡Que me llueven las nostalgias!


¿Qué te pasa, no entendés?


Desterrando los recuerdos

Con penas de bandoneón

Una noche como esta,

Me dijo y me vuelve a decir Adiós…


¿Qué decís?

¿Que no importa?

Mañana sale el tren, y yo no...


¿Qué decís?

¿Qué mi boca?

Si mañana lo veo, le devuelvo el corazón...


Dejame el humo,

Y este vino!

Que horaden mi cuerpo hoy…

Dejame, sola, déjame niño!

quiero llorarme todas las penas de bandoneón…



N.









La Modernista, La Existencialista, La Intelectual

A Juan Martín Belloni



No me escribas hasta tan tarde,

Valentina,

N o m e e sc r i b a s

¡Dejá de escribir!

No hay más cartas que jugar

Pero siempre encuentras el As

Que todavía no vi.

No me hables más de nada,

Valentina,

N o m e h a b l e s

¡Dejá de hablar!

Sabía que dirías eso,

Justo en el momento que lo decías,

Pero no hay forma de adelantarme

A cualquiera y a todas tus profecías…


Me doy la vuelta (igual te escucho)

A la Intelectual, a la Surrealista,

A la pésima folclorísima,

A la genuflexa hortaliza.

¿Cómo hago para mirarte?


Te miro, y me escupís a Girondo,


Te espío, y te desnuda Cortazar,


Y n i s e m e o c u r r a a m a r t e


porque

Me embadurnas a lo Gelman…

Ni siquiera te llamás Valentina,


Ni siquiera te llamás,


Y yo te llamo ¡Valentina!


Te llamo y te digo ¡Basta, ya!


N.





jueves, 29 de julio de 2010

Los valles del pensamiento. Misterios y sorpresas.




Soy
pienso
existo

caduco
reinvento
soy

pensar
nadar
¿cuál es la diferencia?

soñar
volar

¿Qué es tan distinto a arder en silencio
bajo los umbrales de la fantasía?

despedazar
los pétalos
de una rosa

en silencio.






N.


Ámame
Destrúyeme
hasta sentir que de este mundo
no hay nada en mí
y que no hay nada de mí en este mundo.

Arrójame en todas las fosas comunes,
evádeme de todas las formas posibles,
dibújame mil veces muriendo en tus manos,
consúmeme como si fueses adicto a mi locura.

Destiérrame,
camino a la nada,
insúltame,
y tenés la chance de decirme que todo fue mentira
y no
que todo fue cierto
y no
que nada fue lo que fue y todo lo que pudo ser
que nos arrojamos el uno a los brazos del otro
y ni una sóla vez fingí

ni mientras desfallecía en tu cama
ni mientras caminaba a tu lado

entonces,
enciérrame,
grítame,
miénteme,
maldíceme,

tan solo

no me dejes

vivir




N.

Increíble esta poesía. Amo a Gelman.

Mujeres

decir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito debía tener unas 12397
mujeres en su mujer era difícil saber con quién trataba uno en ese pueblo de mujeres ejemplo:

yacíamos en un lecho de amor
ella era un alba de algas fosforescentes
cuando la fui a abrazar se convirtió en singapur llena de perros que aullaban

recuerdo cuando se apareció envuelta en rosas de agadir
parecía una constelación en la tierra
parecía que la cruz del sur había bajado a la tierra
esa mujer brillaba como la luna de su voz derecha

como el sol que se ponía en su voz
en las rosas estaban escritos todos los nombres de esa mujer menos uno
y cuando se dio vuelta
su nuca era el plan económico
tenía miles de cifras y la balanza de muertes favorables a la dictadura militar
nunca sabía uno adónde iba a parar esa mujer
yo estaba ligeramente desconcertado
una noche le golpié el hombro para ver con quién era y vi en sus
ojos desiertos un camello

a veces
esa mujer era la banda municipal de mi pueblo
tocaba dulces valses hasta que el trombón empezaba a desafinar
y los demás desafinaban con él
esa mujer tenía la memoria desafinada

usté podía amarla hasta el delirio
hacerle crecer días del sexo tembloroso
hacerla volar como pajarito de sábana
al día siguiente se despertaba hablando de malevich

la memoria le andaba como un reloj con rabia
a las tres de la tarde se acordaba del mulo que le pateó la infancia una noche del ser
ellaba mucho esa mujer y
la devoraron todos los fantasmas que pudo alimentar con sus miles de mujeres
y era una banda municipal desafinada
yéndose por las sombras de la placita de mi pueblo

yo compañeros una noche como ésta que nos empapan los rostros que a lo mejor morimos
monté en el camellito que esperaba en sus ojos y me fui de las costas tibias de esa mujer

callado como un niño bajo los gordos buitres que me comen de todo menos el pensamiento de cuando ella se unía como un ramo de dulzura y lo tiraba en la tarde




Gelman.




El encuentro


("Hay alguien aquí que tiembla

¿No será tu voz fantasma que
se arrastra b a j o l a t i e r r a ? ")


vayamos a pasear por el cementerio,
vamos! que por allá se escapó la niña...
Se perdió entre un hombre y su cenicero,
se perdió entre el insomnio de aquel caballero.
Vayamos a buscarla por Chacarita,
vayamos a ver si por allí no esá Juan Longo,
vamos! que ya veo sus piernas,
vamos! que hay huellas de su alma ensombrecida.
No me interesa si cuántos muertos pudiesen atestiguar su letanía...
No me interesa, no te interesa,
no interesa si está o no viva.
Vayamos por el cementerio,
entre las viejas estrofas de la santidad misma,
no me santiguo antelas estatuas,
ellas me ven y no se santiguan,
han perdido los ojos, tómame de la mano,
vayamos a buscar a la niña.





N.





La Melancolía

("Después de Picasso, solo Dios...."-Maar.)




- ¿Sobre qué puedo escribir, Mamá?
- Sobre la Melancolía.
-¿Por qué?
- Es preponderante. Siempre me aparece.
- Eso es abatimiento.
- No, abatida no estoy... La cosa es que... no puedo decir que soy feliz cuando alguien tiene un problema. Cuando me entero que a alguien en la calle le pasa algo, ya me sulfuro. No puedo ser feliz, porque otra persona está triste.
- Mamá...
- ¿Qué, Nati?
- Yo también soy así.
- No sé si es un defecto... Pero, bueno... Yo soy así.
- Sí, mamá, yo también.



No sé qué decirte sobre ella
que no sepas ya,

mujer que caminaste avenidas

de la mano de la ingenuidad,

terca y bondadosa,
ojalá pudiese evitar

que te dolieran los ojos

cuando a escondidas llorás.

Tenaz,
vestida de gloria,
hasta cuando no te alcanza
la misantropía.

Voraz,
engendrado reservas,
hasta cuando no sirve
luchar.

¿Qué te voy a hablar de melancolía,
si me enseñaste a bailar tango de niña,
si nadie parece saber más?

Si saliste a caminar por Corrientes

y viajabas todos los días al pueblito

cuando salías de trabajar.

Te sé hablar del Nuevo Mundo,
del Viejo y de lo que piensan los demás.

A las dos nos duele la melancolía,
a las dos nos visitas una vez más.

Podemos sufrir iguales,
podemos sufrir con alas,
podemos salir a hacer compras
mientras en las manos
la nostalgia se nos resbala.

Siempre admiré tu cualidad
de ignorar a tan bella parodia
de la tristeza.

A mí no me sale, mamá,
no me sale disimular con entereza.

¿Cómo hacés? Mientras te veo
entiendo que la melancolía no sabe nada de vos
y vos lo sabés todo de ella,
le ganaste con la victoria
sangrando en el corazón.





N.




A Damián Leandro

Las relaciones giran en torno al conflicto. Razón por la cual uno busca en otro lo que en uno falta; pero, llegado el momento, el hombre se enamora hasta por instinto. Muchísimas personas buscan amar y enamorarse, sin entender la causa ni el por qué de estos procesos, tal vez por eso la tarea se torna difícil -o tal vez entender de algo no lo hace más factible-.
Hay quienes se enamoran más, quienes se enamoran menos. ¿Qué diverge entre ellos? La capacidad de búsqueda y percepción. Al alma crítica, al corazón transparente, no le es difícil ver en otros un espejo. Uno es polo de atracción de sus deseos cuando los merece. Sin embargo, el concepto de amor diverge en cada persona.
Yo me enamoré, primero, de Cortázar. Después de la Danza. Después de Escribir. No sé muy bien en qué orden. Luego de un primer novio y de un primer corazón roto. En todos los casos, amar es una necesidad que surge de encontrar en la realidad y en la existencia un sentido que trascienda. Y eso lo hacemos con todo. Con las elecciones de trabajo, de carrera, de familia.
Es en el plano afectivo donde todo lo demás se pone en juego. El amor nos desafía. Quien está preparado para dar el salto y aventurarse debe atreverse a vivir un amor libre y sin recetas, porque también así se vive.
Quien necesita demasiadas garantías nunca podrá amar sin complicaciones ni cultivar ese amor, ya que no hay manera de asegurar todo detalle. El amor es una fuerza que muta, que nace y muere, que vivie y persiste, pero siempre trasciende (esté o no)
Es el amor lo único que no cambia a pesar del paso de la Historia. La gente se sigue enamorando de la misma forma que en el tres mil antes de Cristo y así lo hará en 2400
Éso es porque el amor es un rasgo de la humanidad inherente a la razón y al deseo y a la identidad.
Ningún amor contingente (pareja transitoria o no) nos define absolutamente, pero sí destina una porción importante de nosotros en ella. Por eso duele tanto el despegue, duele tanto la separación. El amor entre humanos es siempre una remisión al seno materno. Siempre lloramos cuando nacemos.
quien desea profundizar en su manera de amar y enamorarse, debe profundizar en el sentido de la vida, en su existencia, en sí mismo, en el Arte.
Mejorándose uno, mejora el amor.



N.



La Irrenunciabilidad del Ser a sus Deseos


"-Yo creo que uno nunca renuncia, simplemente las circunstancias cambian"
G.


Los deseos lo forjan a uno. Uno es fragmentos del Universo, es restos y compases inventados a partir de la existencia. Uno -como unidad ontológica, como existencia individual- forja deseos a partir de su identidad. Los deseos son uno. Los deseos son epíteto del hombre. El Ser arrojado en la nada se redescubre en sus ansias de perpetuidad, y sus deseos son los eslabones de las cadenas que intenta rehacer o soltar. Desear es tan humano como amar. Es condición inherente a la Razón. Quien posee razón se redescubre en sus experiencias, retrocede sobre sus pasos, porque posee conciencia. Es imposible no desear. El sistema capitalista ha tomado una perversa ventaja en esto. El "Deseo" parece mover al mundo. Y podríamos desglosar la palabra en tantos versículos y facetas que podríamos alcanzar las más increíbles conclusiones. Parece que quien domina el deseo de los demás, tiene poder. No hay límites para el deseo.
En este momento me atañe el deseo como irrenunciable. Me encuentro subyugada al Deseo. Al Deseo no se renuncia. Porque renunciar a una condición que nos conforma como humanos es imposible, por demás hipócrita. Y cuando uno cree que renuncia, tal vez simplemente cambie o mute su deseo. Pero la calidad de "desear" no perece. Es lo que nos hace humanos.
Deseamos más de lo que obtenemos. Todo es escaso. Todo es menos. Desear es ilimitado. Es casi una fortaleza onírica, más fuerte que el poseer.
Por eso, cuando se desea algo con toda la potencialidad y fuerza del Ser, se debe ser hábil para hacerlo trascender de manera tal que ese deseo sea un proyecto y ese proyecto una condición de nuestro existir.
Desear, desear, es como idear. No basta, pero es insoslayable. No alcanza, pero llena vacíos. El deseo de niña sigue siendo deseo hoy, no se puede renunciar a ellos, hay algo metafísico en el Ser que impide que se de esa fractura. Es como separar al cuerpo del alma.


N.




Como una flor marchita... Así se sentía la joven aquél día. Una bellísima flor marchita, con toda las nostalgia y la poesía que implica ese dulce hostigamiento del ser.
Como una rosa disecada... De tintes rosados y amarillentos. Pétalos... el viento se los va arrancando, cuesta más llevarlos porque están secos. Están muertos, pero siguen siendo bellos.
Sentía ser una nube, una fuerza, una potencia, pero nada tangible. Todos sus deseos eran como llamas que ardían pero jamás generaban un verdadero fuego.
"¿Qué te pasa muñeca? eres tan hermosa..."
Elena lo miró y quiso creerlo... Sentada en la vereda de un barrio céntrico, notó que atardecía y seguía hundida en vagos pensamientos...
No llegaba a ningún lado. Estaba como estancada. Una enorme piedra en el camino detenía el caudal de su existencia. Su existencia parecía gravitar. Ya no era ella misma... Era lo que una vez fue, y lo que alguna vez podría, pero nada de eso era ella misma.
"¿Dónde estas, Elena? ¿En qué Luna te has perdido?"
Una llovizna detuvo el marco romántico de la tarde. Frenó aquella tarde indecisa entre la calidez y la frialdad. La tornó llena de nostalgia. La tornó llena de melancolía. Elena entendió que aquélla tarde era misteriosa, era enigmática, e indecisa.
"¿Por qué sonríes bonita?"
"Porque soy feliz, ahora...
"

29/11/08

N. (Vesper)





Un montón de preguntas se agolpan, de repente, en el sujeto.
El sujeto es una mujer. Una mujer de turbios contornos.
Esas preguntas, galopantes, como jinetes sin cabeza, se debatían en un contexto de pobreza y aridez desértica.
Una substancia surge de la nada. Es una sombra, la substancia (un diálogo vacío) contempla cómo las preguntas se agolpan. Las mira, casi sin sentir, casi sin mirar, casi despectivo.
Una sombra es un sujeto, y se debate en el humo de su cigarrillo. Se acerca a la mujer, despacio y sin hacer ruido, casi sin dar pasos, camina…
Se sienta a su lado, sin emitir sonido, sin emitir palabras, casi sin emitir respiros. La mujer, en cambio, calla… pero el mero acto de callar nunca es hacer silencio.
“¿crees en Dios?”
“Dios me ha esclavizado…”
“¿Por qué lo dices?”
“Porque trabajo para él…”
“¿Por qué no renuncias?”
“Porque aún le debo algo…”
La sombra y la mujer conversan.
Discuten, también.
El sujeto y la sombra se funden. Se funden en un único ser. Han debatido tanto que se han quedado sin qué responder al afán existencialista del otro. Han decidido dejar de ser sujeto y substancia, y ser algo más real.
Pero real… no es más que un manojo de preguntas y un diálogo vacío. Es ficción.


(Diálogo vacío -econtumente- manojo de preguntas -La Maga-)

24/11/08



N.

un jeu de jalousie


"Porque el hombre es trascendencia, jamás podrá imaginar un paraíso. El paraíso es el reposo, la trascendencia negada, un estado de cosas ya dado, sin posible superación. Pero en ese caso ¿qué haremos?, Para que el aire sea respirable tendrá que dejar paso a las acciones, a los deseos, que a su vez tenemos que superar: tendrá que dejar de ser paraíso. La belleza de la tierra prometida es que ella prometía nuevas promesas. Los paraísos inmóviles no pueden prometer más que un eterno aburrimiento.
(…)
Si Dios es la infinitud y la plenitud del ser, no hay distancia entre su proyecto y su ser realidad, su voluntad es el fundamento inmóvil de su ser. Lo que quiere se hace, quiere cuanto es… Tal Dios no es una persona singular, es el universal, el todo inmutable y eterno. Y lo universal es silencioso… La perfección de su ser no deja ningún lugar al hombre porque el hombre no podría trascenderse en Dios si Dios ya está todo entero dado. En tal caso el hombre no es más que un accidente indiferente a la realidad del ser; está en la tierra como un explorador perdido en el desierto; puede ir a la derecha o a la izquierda, puede ir a donde quiera; jamás irá a ningún lugar y la arena cubrirá sus huellas. ”

Simone



- Quiero escribir sobre la mujer y sus verdades, Sartre
- ¡Escríbeles! ¡Destrúyelas! Y vuélvelas a inventar -

Amor. L´Amour. Amores contingentes. Amores trascendentales.
Siempre he sabido que es en el plano afectivo en el cual uno pone en juego todos los elementos que lo erigen como ser... Es un desafío hermoso, porque se hace y deshace a su gusto, porque ninguna vez es igual a otra, porque prueba como nunca que no existe la individualidad absoluta y el rasgo humano más constructivo y destructivo que nuestras existencias poseen.

Les relations. No estoy segura de lo que son fruto, simplemente estoy totalmente conciente de que se dan más allá de las predisposiciones propias. Son naturales, comunes, corrientes, irrumpen y continúan. Giran en torno al conflicto y a las identidades. Ver cómo dos personas se mezclan, en sus matices, en sus juegos de luces y sombras, es algo digno de ver y sentir... es Arte.

Libertad, libertad absoluta. Oponer alma, corazón y cuerpo al otro. A la vez uno se torna esclavo de esa Libertad, se torna devoto, hasta obsesivo. En el punto mismo en que comprende que ha encontrado en el otro esa pieza que solo no tiene, se torna un engranaje en la maquinaria que ese amor crea, se torna fatídico, pero hermoso. Una vertiginosa corriente de materias inertes y vivas.

Seamos honestos. ¿Qué otra condición se necesita? ¿Por qué amar debe significar convertirse en lo que uno no es? Después de volver a ponerse la ropa, después de haber compartido una tarde hermosa, por qué tomarse la mano automáticamente y cíclicamente y somáticamente...

honnêtes, he dicho! "Y poco a poco van volviendo a ser lo que no son"

Cuando uno descubre quién es, está en condiciones de elegir, no antes, no después...

De ser el caso, uno no impone. Uno es testimonio vivo de lo que siente. De ser así ¿No tengo opinión? ¿Solamente expreso, mas no opino?

No, et par cela la jalousie. Aquello que uno encuentra en el otro, ese fragmento de alma perdida, ese tesoro que el otro tiene yo no quiero que se lo de a nadie más. Freud dijo "posesión". Complejo, trascendencia. El ser necesita trascender y la trascendencia también existe exclusividad. La clave laberíntica del enigma es lo que hace al amor y las relaciones ser lo que es.
Contradicción. Jaloux.


Yo veo en él mi identidad puesta en juego, moviéndose, creciendo, lejana e inaudita.
Mientras lo tengo más cerca, la plasticidad del tiempo se derrite,
entonces se va, y yo sigo ahí,
en el vagón, en el café,
y podríamos caminar
por la Rue de Seine
o ahogarnos debajo del Pont des Arts....
Encontré en su intersticio, en su mirada crítica, en su ser y demás
el fragmento mío inexplicablemente perdido
insoslayablemente encontrado,
el silencio quebrado,
el silencio ha quebrantado mi vos...
La voz del silencio que canta,
la Soledad se destierra,
se retuerce, se detesta,
el camino al exilio dentro de mi garganta,
que aún no han sido escritas todas las palabras...
(Que aún no están rotas mis manos)
Siento que soy, por sentir soy, soy lo que siento,
Y ¿Qué haré conmigo?
¡Cuál será la naturaleza que un falso Dios ha escogido!
Naturaleza de Dios,
Naturaleza de Locura,
Naturaleza salvaje
que te cercena en la noche,
que te busca y rebusca,
que te cubre y encierra,
sólo serás libre, esclava liberta
siendo presa de tu Libertad.
Jaque mate y orsai a las diez.
No puedo, no resisto,
sólo ese fragmento es mío!
sólo esta languidez
este ardor en mis adentros
que te busca en la dialéctica
de los desencuentros.
Entonces te dejo, pero te apreso,
entonces te niego, pero te afirmo,
entonces me visto y me desvisto,
prendida en tu acierto
y hasta en la desesperanza
me desfiguro celando
hasta tu propia semblanza
porque ese aire que respiras
es mío también.



N



("nos queríamos en una dialéctica de imán y limadura, de pelota y pared..." J.C)



Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.


Palabra de Borges.


miércoles, 28 de julio de 2010

("y poco a poco, van volviendo a ser lo que no son..." J.C.)

No puedo renunciar.
I n t e n t a r l o e s t a n i n f r u c t u o s o c o m o n o i n t e n t a r lo ,
¿En qué momento todo viró hacia horizontes insospechados?
Mientras doy clases, lo pienso,
hasta cuando escribo, se me escapa...
Sin planes ni augurios,
se sucede esta insurrección de emociones,
figuras que vienen y se desvanecen,
de pronto:
no hay un sentido.

¿Cómo hago si lo veo y se me escapa el espíritu?
¿Cómo me invento si lo siento y se me desfigura la calma?
¿Qué les pasa a los recuerdos, al pasado?

Ya de pronto las aguas se abaten
se me disuelve el alma como en un bostezo
y no hay tropa para esta batalla que resista a los avatares del tiempo

Lucifernia desperto una vez más,
una vez más, sí,
esta vez ya no sueña,
ya no canta en verano,
ahora consume la misma hierba
en la que se recuesta para morir

(y nada en la voz de la cigarra indica cuán pronto va a morir)





definitivamente mil veces más rara que una naranja mecánica


(...)



N.









No me cuentes de tu llanto, paloma
que entre tus lienzos y tus cosas
bien podría estar mi espalda.
No me cuentes de una pena
que ya no queda espacio en mis cajones.


Sí podrías contarme, por ejemplo,
por qué tiemblan las paredes cuando digo tu nombre
por qué se cortó la luz mientras buscaba tu piel
por qué los relojes son tan inconstantes
para llevar juntos tu tiempo y el mío.



Y que mi día no acabe
cuando tus ojos despiertan y son música y color.

No me cuentes de tu llanto.
Acaso sería mejor
que pudieses llorar conmigo.




Alfredo Palacio



http://spleenmaleniano.blogspot.com/2010_01_01_archive.html
Te habías dado vuelta

pero me seguías mirando

I n s o l e n t e c r i a t u r a

¿Quién no siente que tiembla

cuando lo persuade el silencio

y lo fusila el tiempo

en cámara lenta?


Rostro

Cara

Mueca

Nada



N.

martes, 27 de julio de 2010

"Intenté ahogar mis dolores...


pero ellos aprendieron a nadar. "








F r i d a K a h l o.




" Mamá, no soy típicamente así. No soy típicamente bonita. No soy típicamente cristiana. No soy típicamente típica. No. Soy. "





N.


(¿Por qué escribís? Me pregunta, G)


“No es una cuestión de energía, no podría vivir sin escribir.” Simone.






Escribo y no escribo.
La acción y la no acción me definen.

¿Hasta qué punto elijo?

Las Letra me eligen, optan por mis desvaríos, llegan hasta mis dedos, se estrangulan antes en mi conciencia, y atisban luego hacia la hoja, cavilan siempre en sus propias líneas.

Era tan pequeña…

Recuerdo las primeras palabras. En mi caso, fueron dibujos. Hombres y mujeres con grandes piernas y enormes vestidos. En toda la pared de la cocina, esparcidos. “Mamá, mirá lo que te dibujé ¿Te gusta?” Para mí a donde fuera debía haber expresión, sino no tenía sentido, el espacio era demasiado grande y debía ser algo más mío como para sentirme lo suficientemente libre. Adonde iba, dibujaba, escribía, leía, cantaba.

La razón de escribir fue, primero y por aquellos años, entender qué significaba. ¿Por qué no es lo mismo escribir esta frase que aquélla? ¿Cuán diferente puede ser? Más tarde entendí que yo escribo para que me lean, porque escribía muchísimas cartas, el género epistolar me encontraba abierta a su entrada y siempre con iniciativas fascinantes.

Mis primeras cartas fueron para mamá, papá, Gisela, Gustavo. Por aquel entonces ya encontraba en la escritura la mejor manera de hacerme entender. Cuando crecí algo más, descubrí también la oratoria, el armonizar las palabras, su aliteración, su significado, con el habla. Era vital transmitir a los demás. Allí dejé de ser tímida, y comencé a hablar más que nunca. Hasta interrumpí mi tarea de escribir (mas no la vocación) y prefería inventar cuentos con mi voz, cantar, gritar, decir, todo el tiempo decir.

Así fue como llegaron las primeras reuniones de mi mamá con el colegio y con otras madres “¿Qué le dijo su hija a mi hija? Explíqueme” No era normal que tuviese siete años y hablara de lo que hay más allá de la muerte, y de que yo no era humana sino que venía de un universo lejano. Pobre mamá, al principio no me entendía, pero jamás me retó (ni una sola vez) por mi fanática manera de construir ficciones en el aire, de alzar la voz.

A mamá le cantaba todos los días. Era y es mi espectador número uno. Nunca me dejó de aplaudir. Siempre me pedía una canción más. Yo cantaba en español, inglés y las famosas canciones en japonés que me gustaron de muy pequeña. También cantaba en “anaringolado” (te acordás, mamá?) un idioma inventado, un idioma mío.

Cantaba. Bailaba mucho. Descubrí que adoraba mover el cuerpo. Descubrí que me encantaba ver que los demás me veían cuando lo hacía. Fue allí, en ese preciso instante, cuando descubrí al Arte. Eso era Arte. Transmitir aquello. Hacer o producir algo, y ver que en los ojos de los otros hay un brillo que denota que por detrás de sus ojos - y más atrás también- (y más profundo) hay una emoción generada. Nada nunca me fascinó más que eso. Nada. Esa fascinación fue mi primer amor. Admito que me enamoré del Arte primero, y después amé a los seres humanos.

Después aparecieron mis primeras desilusiones. Yo entendía que uno nacía y por el solo hecho de nacer, Dios le otorgaba la facultad de hacer lo que quisiese y lo que más amase de la vida. Pero no era la única con planes y problemas. A mi alrededor muchas cosas comenzaron a desmoronarse. Dios mismo dejó de existir. No lo entendía ¿Por qué era así? ¿Por qué lloraba? ¿Por qué las lágrimas? ¿Por qué la angustia?

No podía, no me dejaban, ir a las clases de danza. No podía cantar, porque ya no me escuchaban. Mamá estaba tan ocupada. Papá no quería que yo soñara con el Arte. Mis brazos, mis hermanos, se debatían en sus propias decisiones y uno de ellos sufría tanto...

Decidí renunciar. Demasiado joven era, eso me marcó para siempre, de muy pequeña opté por renunciar (secretamente uno no renuncia jamás, G, me lo dijiste vos y hoy lo entiendo)

Lo único que nadie me quitaría jamás serían mis letras y mis pensamientos. Todo lo demás, lo quebraría. Mis piernas, y no podría danzar. Mi voz, y no podría cantar. Mi amor, ya que mi corazón se rompió al claudicar tempranamente. Sólo tenía mis Letras, mis Libros, y un olvido plagado de memoria.

Llego hasta hoy, llego hasta Trascender. Hoy sé por qué escribo, escribo para trascender. Escribo porque nadie me lo puedo quitar. Escribo porque me inspira el acto mismo de escribir y porque quiero inspirar. Trascender es la mejor manera de uno no estar solo, de llegar a otro, que llega a su vez a alguien más ¿No es ése el sentido de la Humanidad? Seres dotados de alg más que el simple absurdo de ser, dotados de una motivación que con distinto signo llega y quda, se va y vuelve.

Escribo porque es la mejor forma de ser. Soy cuando escribo. Lo que escribo, soy.






N.



lunes, 26 de julio de 2010

Lo más lindo que tengo

Ojalá pudiese evitar que cuando crezcas te duelan tantas cosas que el mundo siembra como naturales...

Ojalá pudiese evitar que padecieras un corazón roto, una desilusión profunda, la amargura y la decepción de cuando parte lejos el primer amor...

Ojalá jamás pierdas la ternura de niño, infante, que tienes porque ahora lo eres en toda su hermosura.

Ojalá siempre me veas y sepas que con tu tía no hay secretos :)


(Para Joko)





Con sólo once años entendés al mundo y destilás con inocencia y veracidad el oro del caos en el que a veces nos sumergimos...

Vos quizás no siempre lo creas, pero sos mi personita favorita en todo el mundo y te adoro y te admiro y sólo quiero protegerte y enseñarte (porque vaya que aprendés rápido, y cada vez se te ve más grande -por fuera y por adentro-)

Mi pequeño hombrecito, que ya empieza a entender cuestiones de honra y orgullo, que arremete contra todos y el mundo - si se enoja- que conserva la más preciosa cortesía para hablar...

Ojalá pueda evitar que algo te lastime, ojalá pudiese secar todas las lágrimas que exudes (las de tus ojos y las que no)

Ojalá tenga siempre la palabra y el ejemplo para guiarte...
(A Agus)





Existencias pequeñas e inmensas, todavía no se agitan por definirse, se redescubren en las más bellas nimiedades y cuando sonríen es todo lo que me importa (que sean felices, con eso ya está)



N.





Que no me digan,

que no me oigan,

que no me canten

en la deshonra,

que no me vean

cuando me escondo

ni me denuncien

en el descaro...

( Que no me encuentren
en la flagrancia
de haber robado
sangre

a la p e r p e t u i d a d )



N.






(- No, mamá, no es algo que me cure un Ibuprofeno)


II
Para G

Querido Sartre:

Qué ironía, vivir y enamorarse, sufrir y ser feliz. Cuán ilógico parece visto así, que vivir sea la búsqueda de una verdad y enamorarse sea encontrar esa verdad en el otro. Sufrir. Es imposible no hacerlo. Es imposible, también, no ser feliz. En tanto la ausencia de sufrimiento ¿Es Felicidad? en tanto la presencia del mismo ¿Es no ser feliz? Cuánto idealismo alrededor de dos términos que por lo vastos no caben en un cuerpecito de hombre. Pero el hombre no es sólo cuerpo. Pero podemos ser, o no, concientes de ello, en la medida en que nos facilitemos el acceso a esos estados que son las más de las veces atajos para relacionar el yo con el mundo, el mundo con el yo, para evitar el aislamiento es necesario el choque de fuerzas.
Qué mediocres estas letras, y no digo las letras, sino quien las escribe. Qué pérdida enorme para el mundo si dejás de escribir, G, porque lo hacés hermoso. Qué increíble saber que esto escribo y esto leés, y quizás lo que yo llamo amarte es una suerte de dialéctica que nos acerca como saltando en una Rayuela (desde lejos y camino al Cielo) pero sin saber dónde caerá esta vez la piedrita.
Lo que sé es que no importa cuán lejos estemos. Mi verdad es la tuya también. La Libertad no se nos volverá en contra, porque lo que ocurre con nosotros no es vano ni meramente contingente, somos dos seres reconocidos en su absurdo y en búsqueda de casi lo mismo. Esa sinergia que nos generamos. Ese amor que nos tenemos. No hace falta mentirte y decirte que todo es mejor cuando estoy a tu lado, yo sé cómo las cosas son y desde que estoy en este espacio donde me siento tan cerca de vos sé que sean como sean – vistas así, en su gratuidad, en su esencia – no me perderé en ellas. Me duele lo incierto, lo cambiante. No parezco de este mundo. A lo que todos se han adecuado, yo aún me resisto. Cuánto libro de bolsillo en cada palabra que digo, cuánto de inadecuado, de prohibido, de suerte de principiante. Sin embargo, lo releo, y cuánto de cierto, cuando de mi, de mi, de eso que soy, de eso que no, de eso que seré. El orden del mundo, un desorden privilegiado, se retroalimenta de vidas y muertes y tiempo inventado. ¿Por qué tantas farsas? Ya estoy cansada de todo ¿por qué seguir viviendo?
Entonces, entiendo como Sartre que soy lo que todos son y lo que ninguno es. Existencias, seres, solos, perdidos, más, menos. ¿Algo de todo esto tiene sentido? Morir me sería tan innecesario como nacer.
Cuando estoy delante de mis alumnos, ¿algo de lo que les digo tiene sentido? ¿Algo trascenderá? ¿En verdad me oyen, o es sólo un simulacro? ¿Vale la pena?
La realidad es que en cada clase descubro cuánto me gusta enseñar, sentir que en el momento en el que el alumno comprende algo en su mente viró diferente y en ese instante sabe algo más del mundo (o es conciente de lo poco que sabe y se encuentra sabiendo nada de éste).
Esta carta es un absurdo, lo son estas palabras, lo soy yo misma. ¿Cómo un ser humano puede sentir en sí emociones y sentimientos, ese lenguaje de mundo, que no cabe en un cuerpo sino que se expanden de manera infinita y uno no alcanza a retener en sus manos? ¿Qué clase de perversión la del supuesto Dios, la de la supuesta naturaleza, la del amor del padre a sus hijos?
Me mareo, los ojos me duelen, me duelen los ojos, es un desierto de insolación éste. Ya lo he dicho antes, qué mundana manera de decir que estoy triste.
No quiero convencerme del dos más dos, del sí y el no, del ying y el yang.
En esa búsqueda estás también vos, G. No importa la nebulosa ni el ojo de la tormenta. No me interesa, no me interesa, no quiero. Te tengo, no te vayas.
Consejos de un ausente: seamos audaces, todavía audaces, siempre audaces. No importa el miedo, el miedo no existe.


N




viernes, 23 de julio de 2010

(La Náusea) "Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad.”

(Edvard Munch. El grito.)

“Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Creo que hay quienes han comprendido esto. Sólo que han intentado superar esta contingencia inventando un ser necesario y causa de sí. Pero ningún ser necesario puede explicar la existencia: la contingencia no es una máscara, una apariencia que puede disiparse; es lo absoluto, en consecuencia, la gratuidad perfecta. Todo es gratuito: ese jardín, esta ciudad, yo mismo. Cuando uno llega a comprenderlo, se le revuelve el estómago y todo empieza a flotar... eso es la Náusea


Ya era medianoche y comenzaba a entender mi propia Soledad como fenómeno inherente a mi calidad de existir. Existimos y estamos solos, únicamente unidos por percepciones sensoriales. Sin embargo, buscamos trascender, porque en la obra que trasciende está la vinculación de uno con el otro, allí hay compañía y no hay más soledad. Las palabras no mueren, ni se suicidan, perduran (y perece quien las dice o escribe). No hay eternidad. No hay permanencia absoluta. El instante inverosímil pero que se siente verdadero es todo lo que nos queda de eternidad métrica. (¿Es todo una mentira entonces? No, pero todo perece. Pero qué horrible es eso. Hay qe inmortalizar. Evitar que se pierda. Evitar la intrascendencia, porque me retuerce los nervios hasta empalidecerme el tuétano.)
El ser humano está dotado de razón, imaginación y emociones. Pero cuando descubre el absurdo de su existir, se descubre solo, nauseabundo, inamovible. Uno no es nadie, no es nada, no viene de...


(nada fue mentira, existió aquella mañana en la que amanecimos y yo sentía que el tiempo no existía más)





miércoles, 21 de julio de 2010



("No se culpe a nadie..." J.C)



Moonlight sonata

Despertaba,
Con ese aire de añoranza,
De día
Que llega y no quiere irse,
Reía,
Pero sin saber que se
Perdía,
Al cerrar los ojos,
Cuando
Desaparecía y
Corría,
Sumida en la desesperación,
Cantaba,
La canción del amor,
Bebía,
Con frenesí devastador
El alma.
Sonaba,
Retumbante y estridente,
Sonaba,
La moonlight sonata,
Perdía
La vista, marrón de tan clara.
Miraba,
Y al mirar al cielo,
Sonreía,
Perdida y extasiada
Sucumbía
Ante ella misma
Pero ya no estaba.
Transeúnte foráneo,
¿Dónde estamos? ¿Nos hemos perdido?
Todavía
Se escuchaba,
En el fondo
La sonata,
Todavía
Ella bailaba
Cuando el alma se le iba,
Cuando el alma me lloraba,
Cuando el alma ya no estaba
Ella aún enceguecida
Con la rabia entre los dientes
Y el perfume de olvidada.

N.






“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”
Simone


¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez que me arrojé a la hoja en blanco, sin escatimar en tiempo ni esfuerzos, libre de escrúpulos y prejuicios banales, de ese par de miserias de living room?

La hoja en blanco es casi un espejismo, para quien desea embestirla de verdades que no encuentra en el mundo, de historias sin rumbo, o para quien busca valor. No está en la hoja, está en las letras, que van llegando, cayendo, desperezándose parsimoniosamente de esa estridente manera que quiebra los silencios (no los de la mente, sino los del alma –los metafísicos-)

Quise soltar algunas palabras, amarrarlas sin sentido, dejarlas envejecer un poco, antes de liberarlas y de perder los estribos, en ese espectáculo que ellas mismas se formulan sin reconocerme como guía. Como el vino que con los años sabe mejor.

Pero lo admito, he reincidido. La fortuna me ha jugado en contra, me encuentro intentando transcribir viejos recuerdos y ya no encuentro en ellos la verdadera fórmula.

¿Cuánto tiempo desde entonces, N? ¿Cuánto más para eso?

Egoísta y ciega de mi propia existencia, embebida de un placer mundano, poblada de ansias y desastres, me disfrazo de cotidiana y yendo al almacén de la esquina planeo un pronto escape hacia los insólitos de mi imaginación. Los laberintos de la conciencia son desiertos de insolación, pero ¿Cuánto tiempo estipulamos? ¿Cuánto más pasará?

Vuelvo a casa y me grita el silencio, demasiado silencio, silencio cayéndose a pedazos, silencio desnudo y abriendo el refrigerador, silencio mirándose en el espejo, silencio, silencio.

Me acuerdo de Francia, yo que nunca estuve en el Ponts des Arts, y suspiro como las snobs cuando van a una muestra de arte con las piernas temblando de frío por la minifalda de pleno invierno que las delata en su propósito. Y dicen arrojando el humo de la boca, fumando un par de Galoises, “Ah, Lautréamont”. No se puede destilar un Lautrec sino se aprende a sentir a Quinquela Martin. (“Ella trabaja de vez en cuando como script-girl. Conozco a esas jóvenes «a la moda».Tienen una vaga profesión, pretenden cultivarse, hacer deportes, vestirse bien, mantener impecable su apartamento, educar perfectamente a sus hijos, llevar una vida mundana; en una palabra, éxito en todos los planos. Y no tienen verdadero interés por nada. Me hielan la sangre.” S.)

Una vez fui a Rosario y conocí a una viejita que todas las tardes alimentaba palomas, y nadie hablaba con ella… Casi sonreí al oírla evocar a Satchmo "Don't you play me cheap, because I look so meek”. La imaginé bailando jazz de joven, me simpatizó sin más y me molestó como nunca que la ignoraran como se ignora al monumento a Roca que ya no se ve de lo grafiteado que está.
¿Cuánto desde eso? ¿Cuántos años y diferencias? ¿Cuánta distancia entre mis nueve años y mi primer rotura de corazón iluso y mi primer escenario y los primeros aplausos y entre lo que soy hoy?
No tanta distancia. No tanto como de entre la A a la B. Del Sí al No ¿Cuántos quizás? Del Ying al Yang ¿Cuántos eones? De entre Vos y Yo ¿Cuánta gente?
Y ya en ese punto, miles de pensamiento sublimes. Destilando oro del mar negro y la desesperación, la emoción (qué manera burguesa de sentirse triste a veces)
Escribo y escribo, porque si no escribo estoy muerta, la muerte es nefasta y no perdona, la muerte no es natural es dolorosa, y la ausencia de signos vitales no es muerte sino ruptura, muerte es la hoja en blanco y yo delante… Al mejor estilo de una tortura japonesa prediseñada para mí.

N.


martes, 20 de julio de 2010



“Ver cambiar el mundo es a la vez milagroso y desolador.” S.


Me arrojo al silencio…

Me quito el vestido

Lo dejo en el suelo

Y la soledad retumba
- En mi cuerpo-
Como en una caja vacía
-tan llena de nada-
Sílabas perdidas y el ocaso de la desesperación

Pero hay un piano en lo oscuro, y por lo pronto, sólo estamos vos y yo
Y si te quiero, lo grito,

Y si te busco, y no encuentro,


Anochece en mi alma

Te busco

Amanece en mi rostro
Te busco

Me desparramo bailando
(bailarina
rota y
quebrada)

Sola

y con la misma melodía

De fondo
(y con el mismo cuerpo con vida)

Ya mi cuerpo se deshace
En hendiduras
En acertijos
(allí donde te busco)
Se contrae y expande
Buscando tus manos
Para abrir mis alas

Necesito de tu ayuda, ángel
Ángel enervado y mío
Me desato el cabello y río
Porque cae sobre mis hombros
Y me hace cosquillas
Buscarte y amarte


Mientras otras mujeres
Viven de rodillas
Yo prefiero
Estrellarme contra tu pecho
Sentirte insuflar el alma
Y curar los moretones
Que te de la vida
Cubrirlos con mi cuerpo
Oponer mi piel al frío
Y tenerte conmigo
En el mismo
Hondo suspiro
Donde me parece que te pierdo




N.
("Ella es su espejo incendiado" - Ale Pizarnik.)





Prendida de tu mano como niña
Que se exalta ante cualquier ruido en el desierto del silencio.
Cuando ninguno de los dos pensaba
Que esa noche era para dormir.

Corazón cerrado sobre el mío,
Cual homenaje a los verdaderos Sartre y Simone.
Nuestra historia la escribimos en Argentina,
(¿Hay mujer más bella que la Nación erguida
por la fuerza soberana
de los habitantes que la sostienen?)

-Benedetti me dijo que experiencia no es cuánto se ha vivido sino cuánto se ha reflexionado-

Soñamos con la R e v o l u c i ó n
con la nuestra. La verdadera,
la que despierte mentes

(Porque la Revolución es
el hombre
que nace y engendra sobre su ser
la esperanza de un cambio,
la interpretación de un nuevo signo,
la unidad de la gente,
el amor de los hombres. )

Un nosotros forjado desde lo más íntimo de nuestras existencias
la plenitud,
la libertad,
la inconmensurabilidad

Te veo y me veo a mí en las palabras que decís,
las melodías que tocás
en la intimidad de tu soledad (que es la mía)

¿y
por
qué
no
puedo
estar
ahí?

Niño
Niño mío y de nadie más,
(¿Y por qué el tiempo es verdugo de dos alma enamoradísimas de sí, de las otras, del Arte, de la Historia, de la Vida?).

Mientras vos me decías de tu vida
Decidí que eras parte y arte en la mía.
¿ rótulos? No, nunca los necesitamos,
Responsables
y
hacedores
del camino,
solos pero unidos,
juntos y juntos siempre.

Lo que siento con y por vos
quizás sea algo destilado de entre todo el
caos
y el
bullicio
que es el paso de una mujer por la vida
porque
yo
soy
ante todo
la mujer que protege a esa niña que fui y seré.
me niego a no vivir este sentir que no responde a ninguna clase, que es

libre
libre
libre

Moin aime

hay que resguardarse del frío, de la familia, de los amigos,
de todo
menos
de nosotros mismos.
(y pretendo irme a dormir y soñarte para amanecer empapada de vos)
N

lunes, 19 de julio de 2010

Para G






(Allí comenzó todo ¿No?)


“El teléfono no acerca, confirma las distancias. No se es dos como en una conversación puesto que no se ve. No se está solo como delante del papel, que permite hablarse hablándole al otro, buscar, encontrar la verdad.”

Simone de Beauvoir. –La Mujer Rota.



(Para G.)

Querido Sartre:


Aquí yo, desde lejos pero bien cerca, prendida de tu mano como niña que se exalta ante cualquier ruido en el desierto del silencio.

Vos y yo, hablando por teléfono hasta tan tarde, cuando ninguno de los dos pensaba que esa noche era para dormir. Y ¡heme aquí! escribiéndote una carta, extrañándote hasta el hartazgo, aún cuando acabamos de hablar. Aquí tú, distancia abierta pero corazón cerrado sobre el mío, no importa cuántos nombres, no importa cuántos pasajes de colectivo, no importa cuánto frío… Cual homenaje a los verdaderos Sartre y Simone.

Nuestra historia la escribimos en Argentina, por y para ella (¿Hay mujer más bella que la Nación erguida por la fuerza soberana de los habitantes que la sostienen?) siendo aún demasiado jóvenes para entender cómo funciona todo detrás del telón (Pero quién dijo que importa la fecha dada por el DNI, si los años los mide el alma, y si Benedetti me dijo que experiencia no es cuánto se ha vivido sino cuánto se ha reflexionado) pero sin escatimar en recursos propios e inventados para acercarnos a la verdad con la fuerza y ferocidad de la Revolución. Soñamos con la Revolución, no la utópica, sino con la nuestra. La verdadera, la que despierte mentes.

- Porque la Revolución es el hombre que nace y engendra sobre su ser la esperanza de un cambio, la interpretación de un nuevo signo, la unidad de la gente, el amor de los hombres. -

Aquí yo, y aquí tú. Un nosotros forjado desde lo más íntimo de nuestras existencias, desvividas por inaugurar la plenitud, la libertad, la in con men su ra bi li dad (esa palabra con la que me definís tanto, oh, Sartre, y ojala fuese así)

Desde que te conocí todo fue querer contarte cada cosa que pasa y pasó por mi mente, porque vos siempre fuiste ese espejo terrible y hermoso de lo que yo soy o puedo ser. Te veo y veo sueños, esperanzas, recuerdos, me veo a mí, a un yo unificado en las palabras que decís, las melodías que tocás en los pianos del conservatorio y en la intimidad de tu soledad (que es también la mía -y por qué no puedo estar ahí con vos- )

Niño (“¿Qué es un adulto sino un niño inflado por la edad?”) perdido y encontrado, sabio y de voz profunda, joven y de alma hermosa, me subo con vos a una aventura que no tiene fin. Niño mío y de nadie más, pase lo que pase y sea como sea. Vos y yo no somos de nadie, pero somos el uno del otro. Qué contradicción significa nuestra dicha (¿Y por qué el tiempo es verdugo de dos alma enamoradísimas de sí, de las otras, del Arte, de la Historia, de la Vida?).
Cómo explicarte que en la plaza de Morón te tenía sentado al lado y las palomas parecían estar a punto de chocarnos, y mientras vos me decías de tu vida, entre un chocolate y una mirada profunda decidí que eras parte (y arte) en la mía.

¿Y por qué necesitamos rótulos? No, nunca los necesitamos, nunca nos lo pedimos, lo nuestro es la absoluta libertad, y me encanta que así sea. Porque yo, con mi surrealismo y vos con tu existencialismo, y ambos esa especie de lógica únicamente nuestra que intenta descifrar al mundo desde la subjetividad interferidora que somos. Responsables y hacedores del camino, solos pero unidos, juntos y juntos siempre.

Lo que siento con y por vos surge de la suma de todo aquello que sentí por todos los hombres que pasaron por mi vida, quizás. O quizás no, quizás sea algo totalmente nuevo, totalmente destilado de entre todo el caos y el bullicio que es el paso de una mujer en este mundo cuando se deviene en tal y se decide para siempre niña, porque yo soy para siempre niña, porque yo soy ante todo : la mujer que protege a esa niña que fui y seré.

Por eso no se te puede encasillar, y es eso lo genial de vos, y es eso lo genial de mi y de nosotros. Lo genial de todo esto es tenerte conmigo, sentir que sos parte de mí. Y fijate cuánto nos adoramos y qué hermoso es, G.

Podés estar con otra mujer mañana, puedo yo estar en pareja, y sin embargo me niego a no vivirme a no vivirte en esta suerte de increíble sentimiento que no responde a nosotros, pero que no responde a ninguna clase, que es puro y existencial, que no tiene rumbo ni fin, sin prejuicios ni traiciones, libre y libre, libre libre libre libre. Qué bien suena decirlo, qué bien gritarlo, qué bien sentirlo. No se puede vivir agachando la cabeza al orden preestablecido. No está bien herir, pero no está bien herirse, cuando la chance que se busca es la de ser feliz, ningún código es indescifrable… Únicamente aquel que prohíbe al otro ser.

Nosotros no impedimos ser a nadie, nosotros somos, y somos como nunca desde que estamos juntos.
Te quiero tanto. Deseo tanto compartir todo mi tiempo pegada a vos, perdida bajo las sábanas del tiempo y que la única señal de que todavía seguimos aquí sea que anochece y hay que resguardarse del frío, de la familia, de los amigos, de todo menos de nosotros mismos. Porque somos libres, uno con el otro, y no hace falta cerrar los ojos – Gracias, G, esto es tuyo- para verte y que me veas (y sólo esta vez iré en opuesto a Cortazar)

¿Qué decirte de mí que ya no sepas? Y vos lo sabés mejor de lo que yo puedo saberlo. Intransigente, franca, intrépida, intacta. Muchas palabras con I, eso siento que soy (o que proyecto ser).

Y luego me voy a dormir, y pretendo soñarte para amanecer empapada de vos, llovida de esperanzas, hecha cenizas y volver a renacer.
N



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