No me escribas hasta tan tarde,
Valentina,
N o m e e sc r i b a s
¡Dejá de escribir!
No hay más cartas que jugar
Pero siempre encuentras el As
Que todavía no vi.
No me hables más de nada,
Valentina,
N o m e h a b l e s
¡Dejá de hablar!
Sabía que dirías eso,
Justo en el momento que lo decías,
Pero no hay forma de adelantarme
A cualquiera y a todas tus profecías…
Me doy la vuelta (igual te escucho)
A la Intelectual, a la Surrealista,
A la pésima folclorísima,
A la genuflexa hortaliza.
¿Cómo hago para mirarte?
Te miro, y me escupís a Girondo,
Te espío, y te desnuda Cortazar,
Y n i s e m e o c u r r a a m a r t e
porque
Me embadurnas a lo Gelman…
Ni siquiera te llamás Valentina,
Ni siquiera te llamás,
Y yo te llamo ¡Valentina!
Te llamo y te digo ¡Basta, ya!
N.
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