“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

lunes, 27 de diciembre de 2010

La virgen déspota


"Pero no hay primavera en Anhedonia...."



En efecto,


ni una puta flor


crece



en este cementerio

de promesas avejentadas.


Tal vez,


defecto de riego,


las lágrimas no sirven


para fertilizar el sesgado

trecho con tanta pulcritud amanerada.



Grita,


maldito seas y ¡Grita!


que se te rompa el alma

hecha pedazos



cultivame nuevas flores

tengo el pecho hecho de tierra

y los ojos con la sangre

fuera de mis venas


arrancame el último vestido

regalado

en otra de esa feria de vanidades

en otra de esas calesitas infernales

donde perdí el atuendo de virgen


otra vez.


otra voz.



otro hecatombre de Lucifernia

desesperada por acabar

en ese perverso deseo

de prosperar

en el incienso de su boca.


Roja

bella

suya.

mía.



N

2 comentarios:

Gabo Rossini dijo...

Y poder cultivarte, como la cultura de los ancestros de Benedetti y los prolegómenos efímeros de un tal baluarte de la no justicia. Y vagar por Norru Tina de la boca, tomados de los pies, caminando con la manos...

No habrá primavera en anhedonia, pero nosotros podemos dibujar los más bellos inviernos...

G.

Claudio Ariño dijo...

Muy buen poema el que nos has ofrecido, enmarcado con el "Guernica" que lo hace más tremendo.
Un beso y felicidades.

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