Sin saber qué hacer
desdenfundó el puñal,
arqueó su figura,
errante en lo oscuro de la noche
y con la mirada infinita
se tendió en el prado
para aguardar...
Llegado el momento
aseveró con las notas
de su voz
lo que había esperado,
era él,
era él quien gritó,
al hundir el filo
en lo más hondo de su corazón...
(o lo que sea que hubiera
en su lugar)
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