Elevó la voz tan alto
Que se le cayeron un par de letras,
Hicieron ruido en el piso
Y estallaron, rotas,
Describiendo sordas notas
De adorable desesperación
Susurró tan bajo
Que se derramaron silencios,
Quebraron la fragilidad del viento
Y perfumaron la tranquilidad,
Escapando a la incredulidad
¿Quién es tan idiota cómo para no oír los colores?
¿Tan incrédulo como para no ver la música?
Se enamoró tanto,
Tanto y tan profundamente,
Que el Océano de su alma
Se pulverizó en cada despedida,
Cauterizando heridas
Sacrificó mentiras por verdades
Vivió tanto
y
tanto la vivió
Que se fundió con su destino
En una hebra de soledad
Que se le cayeron un par de letras,
Hicieron ruido en el piso
Y estallaron, rotas,
Describiendo sordas notas
De adorable desesperación
Susurró tan bajo
Que se derramaron silencios,
Quebraron la fragilidad del viento
Y perfumaron la tranquilidad,
Escapando a la incredulidad
¿Quién es tan idiota cómo para no oír los colores?
¿Tan incrédulo como para no ver la música?
Se enamoró tanto,
Tanto y tan profundamente,
Que el Océano de su alma
Se pulverizó en cada despedida,
Cauterizando heridas
Sacrificó mentiras por verdades
Vivió tanto
y
tanto la vivió
Que se fundió con su destino
En una hebra de soledad
1 comentario:
Todos morimos en nuestro destino.
Un Saludo
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