“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

sábado, 31 de octubre de 2009



A N le gustaban los días de lluvia, esa horda de nubarrones grises que al chocarse generaban aquél estruendo y romántico chaparrón. N se recostaba al lado de la ventana, a desperezarse entre cubrecamas rosados y sábanas blancas bien tendidas (A su lado el gato blanco) Vaya cuadro de Moureau ¿Y por qué no de Signac? ¡Mentira! Era bien a lo Lichtenstein, mientras hablaba por teléfono y de fondo el sonido de las gotas repicando, N estaba en éxtasis… Qué lindo era el cielo gris y la estrella federal cada vez más alta y matizada, cual óleo sobre tela de Van Gogh en 1889, creciendo en el patio entre los herrumbres de las herramientas de construcción.
Y N suspiraba in what a wonderfull Saturday afternoon… Sentía unas terribles ganas de Astor Piazolla y zapatos de tacón. Porque Lunes vuelve lo rutinario, lo terriblemente estúpido y empaquetado con afiches de pop - art y la cultura capitalista occidental que Marx y Libia tanto le habían enseñado a odiar (pero, no por eso, a dejar de pertenecer) Y es que la escuela ya le resultaba aburrida, tan aburrida, tan a b u r r i d a … Tanto le faltaba Arte, tanto le faltaba Música, tanto le faltaba Libertad…. Y N estaba repleta de ellas, repleta y colmada hasta rebalsar. Y Amor… Amor a borbotones, amor hasta llorar por la intemperie de los corazones sostenidos en acordes imbuidos por locura y originalidad. Aunque ese sk8 or die, le había costado raspones.
¿Qué más podía pedir? ¡Las Luciérnagas! Faltaban ellas, y nada más… Volvió a escribir un par de versos sobre Lucifernia, y le dio gracia su propio estereotipo camp.
Hoy la lluvia le había impedido salir ¿Por qué? Porque sí. En realidad la lluvia nunca era un impedimento, no hay nada más bello que caminar y mojarse, que garúe con tesón y deslindarse de cualquier realidad ansiolítica que subyugue al espectro propio. Magia cromática con el telón gris de fondo, explotaban los complementarios y N estaba mas hecha nube que nunca…
Una cámara, le faltaba una cámara… Encapsular entre luz y sombras fragmentos de mundo olvidados en esquinas, entre cafés y bares, cielos y casitas, gente y rostros, mentiras o certezas… Podría fotografiarlo. No a lo Rembrandt, más a lo Picasso, más a lo Matisse.
Atardecía… Atardecía con luces crepusculares (nada más bello, léase, Sol rojizo detrás de nubes amarillentas) No existe obra de Arte más bella que la que el mismo escenario natural ofrece. Aquél Cielo salpicado por nubes esparcidas, aquél dominio de la claridad lumínica y las hojas humedecidas reestrenando su verdor en la avant premiére de la vereda.
Basta de encierro, basta de tecno logizadas relaciones, basta de cronogramas y debido respeto por conservadurismos ensalzadores de tradiciones. Basta. Gritar. Escupir. Estallar. La revolución comienza de la mano del Arte, en la Ideología, en la Cultura, en la Expresión. Y N debe su existencia y su proyecto de vida a esos pilares fundamentales que derogan la causa de la opresión. La rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos, había dicho Ale Pizarnik. ¿Y qué más bello que aquél malvón apresando aquél rojo que con su intensidad parecía escaparse de los bordecitos de cada flor?
N quiere escapar, sólo por escapar, sólo para transgredir, nada más bello que suspenderse fuera de la vorágine y apreciarla desde lejos, como saludándola al partir…
N llora por dentro por esa resistencia, por qué no soltarlo todo y salir…
Soltarlo todo y salir…
Por empezar, las Letras no la soltaban a ella jamás.


Exvoto
Oliverio Girondo

Las chicas de Flores, tienen los ojos dulces, como las almendras azucaradas de la Confitería del Molino, y usan moños de seda que les liban las nalgas en un aleteo de mariposa.

Las chicas de Flores, se pasean tomadas de los brazos, para transmitirse sus estremecimientos, y si alguien las mira en las pupilas, aprietan las piernas, de miedo de que el sexo se les caiga en la vereda.

Al atardecer, todas ellas cuelgan sus pechos sin madurar del ramaje de hierro de los balcones, para que sus vestidos se empurpuren al sentirlas desnudas, y de noche, a remolque de sus mamas —empavesadas como fragatas— van a pasearse por la plaza, para que los hombres les eyaculen palabras al oído, y sus pezones fosforescentes se enciendan y se apaguen como luciérnagas.

Las chicas de Flores, viven en la angustia de que las nalgas se les pudran, como manzanas que se han dejado pasar, y el deseo de los hombres las sofoca tanto, que a veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé, ya que no tienen el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo, a todos los que les pasan la vereda.


Buenos Aires, octubre, 1920.
¿Qué es éste onirismo?
El encierro retropulsa
el armisticio entre tiempo
y ansias de Libertad,
escapar y refugiarse
en el llorar a lágrima viva del Cielo,
Por qué tener miedo al sentir
la propia alma en su frescor temprano
libre de paz, libre de ego,
debacle entre olores, desnudez y el placebo del amor
atea eucaristía
para las parábolas de un Dios

Jeaux d`eau




La naturaleza está más viva cuando llueve,
Llueve con esa suerte de lágrimas celestes

Chapuzones surrealistas,
Luces y ventiscas

Cristales en estocadas
De una garúa finita

La Naturaleza está más viva cuando llueve,
Y dejo abierta la ventana,

La calle casi sin asfalto
Y el olor de la tierra mojada,

La vieja tomando mate,
Los edificios lejanos e imberbes,

Prefiero a la naturaleza, aún
y más todavía cuando llueve,

Metáforas aladas
Cobran vida
en mi paisaje agreste

viernes, 30 de octubre de 2009



Inspiración profunda
El alma que se contiene, se suelta, se retuerce
En cada pliegue de mi locura
Hay espacio como lo hay para una sonrisa entre los dientes


Corazón imberbe,
desaforado y flaco de tanto hacer fuerza,
salpicado de maldiciones aún conserva la entereza,

venadito ¡corre! no te quedes atrás

Es el hálito del alma, y no la cordura,
Sino la falta de ella,
Es la inspiración profunda el hálito del alma,
Que convoca en una claro amague de resurgimiento
La conciencia universal

Paroxismo ideológico
Anagrama sentimental,
Retórica enfundando besos y caricias
(Que no se pudieron dar)

Cartas sin remitente,
Y ella, Y él, tanto de ser, tanto de amar
Harto consecuente de escuchar
A los cauces del Río babel


Lucifernia se esconde,
pero antes de hacerlo cuenta hasta tres,
porque tres veces ha despertado
y se ha encontrado dentro del mismo
sueño





Por qué iba caminando
Por las calles sin asfalto
Escupiendo rayos de sol

Si las veredas empedradas
Ocultaban entre sedimentos
Terraplenes del dolor
¿Qué habrá sido de ella?

Luego de haberse alejado de mi habitación,

Haberse perdido como los pétalos que huyen
Cuando la ventana está abierta,

¿Qué habrá sido de su mano insurrecta?
¿Qué habrá sido de su lágrima de añil?

Y es que hoy, la lluvia gusta
De r e t o r c e r s e en las lagunas
Agotándose hasta en la existencia

Sólo algunos que subyacen
Sólo algunos que obedecen
No pueden verla ni de cerca

Y algún vástago de su amor

¡Que nunca la haya visto partir!

Que me diga qué fue de su angustia

Su melancolía desperdiciada
En rouge manchando mis sábanas

En c a l e s i t a s g i r a n d o s i n c e s a r

La calma suspendida en la debacle de un Adiós

¿Qué habrá sido cuando te fuiste?
¿Y anduviste por las veredas,
Llena de elogio y vanidad?

Luego de haberte dejado una vez más
Conmiserarte ante la frágil Libertad,

¡Pero, Che, qué tristeza!

Y nada es así, nada es tan malo,

Nada es tan pertinente, como para descontrolarse
Salvo la lágrima salada
Y el imberbe sabotaje
De las jovencitas lindas y sus odiosos personajes

En los remotos lares del placer
Te descubrí, pequeña

¿Qué habrá sido de tu piel,
Frágil y hecha de promesas?

Por qué iba caminando
entre calles sin asfalto
derramando perfume de jazmines
entre el cemento de la ciudad


sábado, 24 de octubre de 2009

Oh, Janis...



Summertime, time, time,
Child, the living's easy.
Fish are jumping out
And the cotton, Lord,
Cotton's high, Lord so high.

Your daddy's rich
And your ma is so good-looking, baby.
She's a-looking good now,
Hush, baby, baby, baby, baby now,
No, no, no, no, no, no, no,
Don't you cry, don't you cry.

One of these mornings
You're gonna rise, rise up singing,
You're gonna spread your wings, child,
And take, take to the sky,
Lord, the sky.

But until that morning,
Honey, n-n-nothing's going to harm ya,
No, no, no no, no no, no...
Don't you cry — cry.



Sinfonía



Beso tu boca. Tus labios curvados sobre los mío, tu lengua retenida en el roce de la mía y la respiración hecha y deshecha en el hálito, la fiebre.
Y me alejo, casi repentinamente, suspirando trozos de alma y callada por la algarabía del corazón latiendo fuerte.
Mis manos galopando en tu rostro, tu cuello, tus hombros, tu torso.
Tus manos desfigurando figuras en mi piel, en mis brazos, en mi cintura, en mis piernas.
Y queremos ir más lejos, pero es tan hermoso detenerse allí… Demorarse allí, profundizar la desesperación, herrumbrar los sentidos entumecidos, exacerbar lo que está por venir y recomenzarlo hasta no poder más. Como cada vez que estamos así de cercanos, como cada vez que suena ese jazz y en tu habitación la ventana está a medio abrir. El alma parece quedar entre los dientes, y ni siquiera la presencia de condiciones nos permite detenernos.
Adoro que seas el orfebre de mi ser, de esta aleación entre vos y yo llevado a lo metafísico. A un Giorgio de Chirico con argamasa en sus manos. La solidez de nuestra letanía romántica es claramente una frecuencia insoslayable. Y discutir sobre el Moonlight de Beethoven o el Clair de Lune de Debussy, o Edith Piaf y Janis Joplin.
Beso tu boca. No evito reír hasta que me retengas en tu cuerpo y tus besos salpicados me derritan el cuello, hechando viento y limpiando de impurezas la región. Entonces te muerdo, te muerdo y me hago fiera, me hago luz y sombras que se repliegan y embates contra la mentira o la pulcritud. Porque en ese juego, en ese rodeo de cíclopes, en esa circunstancia imberbe y sabia, nada es más puro que vos y yo perdiéndonos uno en el otro, saliendo fuera de sí y siendo más que nunca lo que siempre fuimos y quisimos ser.
No hay estorbos, no hay mentiras.
En lo más recóndito hay delirios que van cobrando vida y fantaseamos con quedarnos a vivir en ese eterno devaneo de instantes clausurados y que nos clausuran.
Pero no podemos claudicar, es nuestro juego, y competimos por ver quién ganará.
Pero Chi semina vento raccoglie tempesta, entonces las sábanas quieren descubrirnos.
Seulement je veux être avec toi, mi amor... Lo demás llegará solo.
Y vaya ternura con la que desparramas y juntas cada pedazo de mí. Desesperando en el minueto, a punto de romper la Suite... ¿No es Arte ese ir y venir de encuentros de sensualidad enhiesta en la más pura de las demostraciones?
Un artista y su obra, trascienden. Tenemos el lienzo más hermoso para estallar en escorzos, diagonales y ondulaciones. Cada dedo es tinta en mi mano, cada dedo es acrílico en la tuya. Esa dulce debacle, llena de frases y acercamientos me llenan de felicidad y de nuevos escarmientos para mi frivolidad... Has derramado la última copa de cicuta destinada a mi integridad. Ahora solamente soy, soy yo, soy...
Beso tu boca. Y el soliloquio de mi corazón se hizo canción ¿no ves? Cest moi, cest moi...
je tombe d'amour, ya no me suena a pavada. Aunque mi visión sigue siendo la más particular de las avanzadas.
Beso tu boca. Me sostienes en ese mismo instante. De pronto manantiales de agua dulce, de pronto sumergidos en torrentes, de pronto blanco y negro, negro y rosa, blanco y esténciles sobre las hojas, otoño y verano, tu cuerpo y el mío.


"El placer de la transgresión"



No tocó sus labios, ni una sola vez. Dejó que aquél la acariciara, que casi desprendiera lo último que quedaba de cordura atado a su piel. No dijo más, cerró los ojos, bella durmiente con virtudes solapadas a la hora de soñar. Dejó que su mano recorriera las góndolas de su cuerpo eximido de culpa, con secreta verguenza. "No hagas esto... No lo hagas". Pero el placer de la transgresión lo llevó a más. Lo llevó a recorrer sus piernas, a destruir los témpanos de su resistencia, de su fortaleza. No lo miró, no clavó sus ojos en los de aquél, no devolvió sus caricias, ni una sola vez. Se abandonó en aquellas ruinas, porque su alma siempre estuvo con él. Él, que la esperaba en casa, que la amaba y que vociferaba una a una las notas de su ser. Acaso él, y no aquél que quería desvestirla en ese momento. N jamás besaría a otro que no fuera él. Los besos, y no el sexo, son lo más sagrado del amor y el compendio más logrado de demostración de afecto. Las miradas, y no las caricias, son lo más importante en el lenguaje del cuerpo y el atavío más noble e íntimo entre los integrantes de un compromiso secular. Amar... un verbo, una acción. Ser amado y amar... Un Arte, una verdad. Una relación que se sabe real y verdadera está condicionada por la Libertad de cada cual. Y N era libre y feliz con él, aquél no era más que un viejo amigo para ella que ya no lo sería más. Porque la estaba aventurando en una traición, traición que no estaba dispuesta a cometer. N nunca fue conservadora, pero asumió su propio papel, la Libertad que ella escogió no implicaba tintes de infidelidad. La total entrega a un único ser amado le pareció la más hermosa y expresiva de las Artes barrocas y la vanguardia. Por eso no lo besó, por eso no lo tocó, por eso no lo miró, mientras aquél lo hacía... Porque sus besos y caricias y miradas no eran para el susodicho. Su cuerpo, su cuerpo de porcelana fría y débil, quedó allí (está bien, así fue) y por unos minutos fue de aquél. Pero su alma escapó de aquella vasija de alabastro, su alma que era fuerte y delicada e inmensamente suya, se quedó con él.

Y pensar que lo quería tanto, que le costaba tener que sacrificar otra amistad. N y sus aristas de expropiación. Los límites existen, para ser violentados la mayoría de las veces. Los límites son cambiantes, pero hay que cuidar de no perder la forma, porque en la forma está la esencia ¿O la esencia está en la acción de transgredir aquella sinuosidad?


Lucifernia, muerta estás
pero eres un fénix
y adoras resurgir
y amas violentar

perder y contribuir
a las victorias de la mar

porque si te buscabas en pretéritos
y ahora lo haces en espacios paralelos
en secretos y mentiras
liar con suspiros y exhalando superioridad

¡que adoración tienes, Lucifernia!
por la tempestad,
por los barrancos y los acantilados,
no te vayas a caer...
Porque caminas sobre líneas
difíciles de sostener






viernes, 23 de octubre de 2009

N (V)



"Lo digo y lo repito hasta el éxtasis infinito de la palabra hecha melancolía…
Los días de lluvia son la condena para Poseidón, y no hay nada más bello que su reinado. "


A punto de caer dormida, recordó cada momento de aquella tarde. Como recortando y troquelando pedazos para armar un auténtico collage. Habían sido tres horas pasmadas en instantes infinitos. La sacralidad con la que recordó dicho acto la hizo reír, nerviosamente.

Cerró los ojos y pensó que ese secreto la desgastaría, quizás algo más. Recordó, con sentimiento de alienación, a Nabokov y al más pérfido y romántico Rimbaud…

Vaya… Se había construido un collage contemporáneo y perfecto. Mujer silogismo, mujer sofisma
¿Qué clase de artilugio te ha enredado en su trampa?

Un collage precioso y perfecto, salpicado de abismos entre dos cuerpos. Dos cuerpos que se adoraban a escondidas, socavando cualquier mínima imperfección altruista pero con una enorme distancia. ¿Cómo se podía estar tan cerca, al punto de agotar la propia esencia en un envase de otro, al punto de abandonarse al manejo de la propia vorágine en manos ajenas, y sin embargo estar tan lejos, sentirse tan ajena?

No le importaba… La verdad es lo que uno haga de ella… No le importaba, al menos no durante el día, no con la algarabía de farsas entretenidas que tan acostumbrados nos tiene la cotidianeidad impresa en hojas de pop Art y Art Nouveau.

Pero al caer al alba, al extenuarse el tiempo, la noche y sus enigmas insoslayables la engullían en detrimento de las partituras ensoñadoras. Se veía, para su desconcierto, obligada a aceptar el pacto. Era ley que cuando la medianoche hacía su aparición recordara su eterna misión de irse y mudar de casa para comenzar otra vida y desplegar su Arte en otros pagos.

Las sábanas ajenas empezaban a pesarle…


¿Desde cuándo se debía a los amantes? Les amants du havre y Amadís de Gaula. Decidido. Mañana se iba. Sí, demasiado chick - lit para su gusto… Pero apreciar la Libertad como a un cuadro de Rembrandt jamás había entrado en sus cánones (eso de ser normalmente convaleciente y convalecientemente normal)

Finalmente, se quedó dormida. Pero ni en sueños extravió aquél suceso, aquél encuentro.


N siempre se extravía pero su camino está hecho de extravíos...

jueves, 22 de octubre de 2009



Si no puedo alcanzarte,

al menos me reduciré a cenizas
y el viento me transportará
a dónde sea que pueda encontrarte

resurgiendo como un fénix
y estirando mis manos para tocarte
Cada hebra de mí
se convertirá en ave,
cada ilusión de tí
se convertirá en nido...

Y si acaso no llegara a lograrte,
al menos me tornaré tempestades,
torbellinos de letras
e incestuosos pedazos de Arte
para perpetrarme...
en el vuelo, en una eterna caída...

¿Cómo se supone que llegaré a tí, sino?


Lucifernia no despierta
las nubes no esclarecen
el panorama celestial,
los siete firmamentos oscurecidos
por alguna sarta de mentiras
enunciadas en un lecho prenupcial...

¿Cómo se supone que llegaré a mí, sino?








miércoles, 21 de octubre de 2009



Siento el calor, de toda tu piel, en mi cuerpo otra vez
estrella fugaz, enciende mi ser, misteriosa mujer
con tu amor sensual, cuanto me das
haz que mi sueño, sea una verdad
dame tu alma hoy, haz el ritual
llévame al mundo donde pueda soñar.

Debo saber si es verdad,
en algún lado estás...

voy a buscar una señal,
una canción...

Debo saber si es verdad,
en algún lado estás...
sólo el amor que tú me dás me ayudará.

Al amanecer, tu imagen se va, misteriosa mujer
dejaste en mi, lujuria total, hermosa y sensual
corazón sin Dios dame un lugar
en ese mundo tibio, casi irreal
deberé buscar una señal
en aquel camino por el que vas.

debo saber si es verdad,
en algún lado estás
voy a buscar una señal,
una canción.
debo saber si es verdad,
en algún lado estás
sólo el amor que tú me dás me ayudará.

Tu presencia marcó en mi vida el amor, lo sé
es difícil pensar en vivir ya sin vos
corazón sin Dios dame un lugar
en ese mundo tibio, casi irreal
deberé buscar una señal
en aquel camino por el que vas.



S u r r e a l i s m o

"automatismo psíquico p u r o a través del cual nos proponemos expresar, ya sea
verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento"

Manifiesto del Surrealismo
Breton André




Ya no me espíes, extraño del espejo
Ya no me espíes, visitante diurno
lejano y rimbombante,
altiplano del inconciente,
mudas de rostros y de presentes
una vez mi padre, otra vez mi amante,
ya no me espíes, vicioso representante
de las múltiples facetas de mi vida



niña
p e r d i d a

niña e s t r a f a l a r i a

ojos de sal


y
mejillas ardiendo,

r a g a z z a
veloz

y hábil que corre,
te has p e r d i d o
entre oráculos
y panegíricos
grises, viejos

niña p e r d i d a
niña p r o h i b i d a

ojos de luz

y labios predilectos,

muchacha locuaz
y dulce que canta,
te has perdido
entre gente olvidada
y fantasía malversada
oscura o clara

niña perdida
niña e n a m o r a d a

ojos oscuros

y cuerpo de sirena,

mujer sofisma
y amante artilugio,
te has perdido
entre s á b a n a s cenicientas
y demonios de s i e s t a s
cementerios y enhiestas

(con tu piel
oliva,
pies descalzos,
y cabellos recogidos...
con perfume al
mediterráneo ennegrecido
la lucha insurrecta
y la
Revolución herida,
sangrante,
duerme en
una tumba deshecha;
y tú, revuelta
y tú desparramada...)


martes, 20 de octubre de 2009


Era tal la ternura de su beso,
la calidez de su piel,
el pretérito imperfecto de su espíritu
añejo como el mejor vino
y joven como el rocío matinal.
el Arte cincelando los vocablos
la parafernalia con que suspiraba,
mientras me acariciaba, yo suspendida
suspendida como calandria
arropada en la Libertad misma,
era el instante y era lo eterno
acaso lo será siempre



La Intelectual

Ella escribe
continuamente
como un largo pulverizador
rociando
el aire,
y discute
continuamente;
no hay nada
que yo pueda decir
que no es en verdad
algo más,
luego,
paro de hablar;
y finalmente
discute con ella misma
afuera de la puerta
diciendo
algo como:
no estoy tratando de
impresionarme a mí misma
a partir de ti.

pero la conozco,
estará de
de regreso,
ellas siempre
Vuelven.

y
a las 5 p. m.
estuvo golpeando a la puerta.
la dejo entrar

no me demoraré, dijo
si no lo deseas.
está bien, dije,
voy a tomar un
baño.

fue a la cocina y
comenzó con los
platos.

como estar casado,
aceptas
todo
como si así
hubiera sido.


Ofelia
Arthur Rimbaud
I
En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos…
cuando tocan la muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientras ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor…
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.

II
¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza –son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul.

III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.

De vez en cuando tu voz se hace oír. Hace cuántos Abriles me olvidé de tí, Ofelia. Como si no fuera suficiente, esa impertinente tonada derrota mi paciencia. ¿Por qué vuelves, pequeña? tan extinta estás, como las luciérnagas, esos bichitos de luz que perseguíamos juntas... Hace tanto que has dejado de ser parte de mí, hace tanto que decidí dejarte atrás, es casi injusto que hoy me reclames parcelas de mi cuerpo que no estoy dispuesta a entregar... Estás mejor así, lejos, lejos, mejor vete... Pero no, siempre vuelves. Vuelves refugiada en un hermoso Arte de amar que me obliga acaso a odiarte un poco más, porque no puedo entenderlo. Vuelves con la égida de tu inocencia y con la intención de sonsacar retazos de mí, de mi antiguo ser. Ser que ya no soy, molde de lo que fui. Bebé, bebé precioso, bebé que creció y se hizo niña, como las semillas se tornaron flores y el fuego devino en cenizas. Un poco más de lo que te odié, un poco más de lo que te sentí volvió a derrotarme y a emerger, de tan prfundo, de tan honda fosa como sólo la inmesidad de los océanos podría reflejar. No recuerdas el por qué de mi odio, y yo te odié por encontrarte en sótanos oscuros cantando en voz bajita y dibujando las paredes. Yo te odié porque no pude amarte, porque me perdí y vos creciste, me perdí y vos viviste. Evité volver al temprano insomnio en el que me sumían tus ilusiones de habitaciones bajas y balconcitos húmedos, de princesas celestiales y volátiles monstruos. La última vez que te ví, tenías no más de lo que yo tenía, no más largo tu cabello que el mío, no más pequeña tu esperanza que la mía. Recuerdo haber querido llorar, correr, huír de aquella aparición que es tanto en función a mí. Y que no es nada en función a todos los demás...
Ofelia, pequeña, ya no somos iguales. Huye cuanto antes y refugiate en el lago, como lo intentamos tantas veces en el pasado. Olvidate, muérete, piérdete... Pero no dejes de luchar. Continúa luchando, como arcano del silencio, por todos aquellos rostros que me empeño en recordar (cuando de noche estoy sola, cuando las sábanas me descubren los pies y con un extraño azar has decidido sentarte allí, a mi lado)
No puedo quedarme en el cementerio, no puedo quedarme a zurcir recuerdos con el diorama de mi pasado.
No es que no te quiera porque te odie, es sólo que no puedo... La fragilidad de mis huesos no sustenta tus anhelos benefactores. Huye, Ofelia, vete lejos... Entre las madreselvas y las figuras de conejos. A las dos nos gustan tanto las nubes... Enamorate, pero del viento, sé amante de los pastizales lejanos y susurra tus maldiciones hermosísimas perdida en la pastura y en esa noche que no termina cuando tú estás allí...

Bonita Ofelia, no te quedes en mí, es terreno minado para ángeles como vos. Salí de acá, pendeja, andá a bailar un rato más... No llores lagrimitas berretas ni perpetúes mi soledad.



lunes, 19 de octubre de 2009



Una virgen
De pálidas mejillas
Enrojecidas por el sol,

Esquivando
Con aroma a incienso
Desiertos de insolación,

Sostuvo su mano
aún cuando sintió morir,
caer la nostalgia
rebalsada y por el piso,
desmembrarse en el alma
las recetas del olvido
aún cuando, compungido, se vio partir...


Con las piernas descubiertas
Y en las calles sin asfalto
Se echó a correr
Hacia los brazos
De la Sudestada
Enamorada como estaba

Enamorada y resentida,
Fascinada, corrompida,
descreida del tiempo
de los Santos y la vida

Fue la Eneida envuelta
En mejillones y saliva,
Con la sal perpetrando en su cuerpo
Los Océanos del día


Con aires almizclados
de latitud Norte y Viento Sur
arrojados sin prestigio
los últimos vestigios
de los besos violetas y pardos
de la violencia con sabor a pasión


Con los ojos sueltos
deshechas las promesas
Una virgen pálida
Una Roma Vetusta
un oráculo regente
del último encuentro
bello e imberbe




Eras un último destello
del fuego a punto de acabarse,
viendo cómo al desdibujarse
las estelas dejan huellas
en el firmamento oscuro;
en las calles semi desiertas
y las ciudades encendidas
por tantos apagones nocturnos,
y el peso del propio cuerpo
sopesando lamentos diurnos,
mientras rosas genuflexas
se escapaban a otros rumbos,
las espinas ya no sangran
y ya no duelen los puños,
eras el último milagro
en el Gran Banquete de la perdición,
eras la última de las cosas
que jamás perdería
ni aunque tuviera que decirte adiós

domingo, 18 de octubre de 2009

La noche de los bastones...


"La realidad externa era fascista"
Por José Pablo Feinmann

Recuerdo que era de noche, pero no sé si hacía frío. Por la fecha del año, calculo, raro que hiciera calor. El calor estaba en nosotros, en nuestras discusiones. Discutíamos si existía o no la realidad externa. Éramos alumnos de Historia de la Filosofía Moderna; y estábamos, creo, preparando el final. Debía ser algo así; si no, no se explica que estudiáramos tanto y discutiéramos un punto tan, digamos, puntual. El punto era Descartes y su Discurso del método. Hay cierto momento en que Descartes se preguntaba si las cosas que él ve ahí fuera son verdaderas o si algún genio maligno lo está engañando. Entonces dice que son verdaderas porque él las ve, y si las viera y no fueran verdaderas Dios lo estaría engañando. Y Dios es bueno, no puede engañarlo. Se trata de una recurrencia a la veracidad divina. Pero hay un problema: para demostrar que hay cosas fuera del ego cogito porque Dios es bueno y no puede engañarme, tengo que demostrar que Dios existe. Y esto es fácil para Descartes. Porque dice: tengo en mí la idea de la perfección. Yo, que soy imperfecto, no pude haberla puesto ahí, donde está: en la conciencia. La tiene que haber puesto un ser perfecto. El único ser perfecto es Dios. Dios existe.
Esas eran nuestras reflexiones y nuestros temas de estudio y discusión: ¿Existe la realidad externa? ¿Sobre qué intenciona la conciencia fenomenológica? ¿Sobre la realidad externa? ¿La conciencia determina la vida o la vida a la conciencia? Pero, la realidad externa, ¿Existe?

Salimos de la facultad. Bué, nos hicieron salir. Bajamos porque estalló el infierno. Había entrado la cana. Filo estaba en Independencia. Los canas habían hecho una doble hilera y por ahí, por el medio, teníamos que salir. Nos gritaban: comunistas de mierda, zurdos podridos y judíos de mierda, esto... "Judíos de mierda", esto y mucho más, mucho más... porque, según nos enteramos después, el golpe venía muy católico, muy a lo Santo Tomás, muy Filosofía medieval (y nosotros ya estábamos en Filosofía Moderna). De pronto un cana le encajó un bastonazo a uno. y a otro. Y a otro más. Nada demasiado grave. En otras Universidades fue peor. Pero cuando salimos a la calle, cuando corrimos hacia la esquina, cuando nos subimos al bondi y pudimos respirar tranquilos y hablar de nuevo, ya teníamos algo resuelto para siempre:

La realidad externa existía.
Y no sólo existía: te puteaba,
te cagaba a palos


y era fascista.



Hello, Stranger...


"¿Nunca has visto un corazón?, parece un puño bañado en sangre. "



(Alice)
" Es una mentira. Son un montón de tristes desconocidos fotografiados preciosamente, y...Todos esos imbéciles que aprecian el arte dicen que es bello porque eso es lo que quieren ver. Pero la gente de las fotografías está triste, y sola... Pero las fotos hacen que el mundo parezca más bello así que...la exposición es una mentira y todo alrededor es una gran mentira."






sábado, 17 de octubre de 2009

Capítulo 34 (una de las lecturas)



Pero qué hermosa estabas en la ventana, con el gris del cielo posado en una mejilla, las manos teniendo el libro, la boca siempre un poco ávida, los ojos dudosos. Había tanto tiempo perdido en vos, eras de tal manera el molde de lo que hubieras podido ser bajo otras estrellas, que tomarte en los brazos y hacerte el amor se volvían una tarea demasiado tierna, de masiado lindante con la obra pía, y ahí me engañaba yo, me dejaba caer en el imbécil orgullo del intelectual que se cree equipado para entender (¿llorando a moco y baba?, pero es sencillamente para entender) sí, dan ganas de reírse, Maga. Oí, esto sólo para vos, para que no se lo cuentes a nadie. Maga, el molde
hueco era yo, vos temblabas, pura y libre como una llama, como un río de mercurio, como el primer canto de un pájaro cuando rompe el alba, y es dulce decírtelo con las palabras que te fascinaban porque no creías que existieran fuera de los poemas, y que tuviéramos derecho a emplearlas.
Dónde estarás,
dónde estaremos desde hoy,
dos puntos en un universo inexplicable, cerca o lejos, dos puntos que crean una línea, dos puntos que se alejan y se acercan arbitrariamente (personalidades que ilustraron el apellido de Bueno de Guzmán, pero mirá las cursilerías de este tipo, Maga, de cómo podías pasar de la página cinco...), pero no te explicaré eso que llamanmovimientos brownoideos, por supuesto no te los explicaré y sin embargo los dos, Maga, estamos componiendo una figura, vos un punto en alguna parte, yo otro en alguna parte, desplazándonos, vos ahora a lo mejor en la rue de la Huchette, yo ahora descubriendo en tu pieza vacía esta novela, mañana vos en la Gare de Lyon (si te vas a Lucca, amor mío) y yo

en la rue du Chemin Vert, donde me tengo descubierto un vinito extraordinario, y poquito a poco, Maga, vamos componiendo una figura absurda, dibujamos con nuestros movimientos una figura idéntica a la que dibujan las moscas cuando vuelan en una pieza, de aquí para allá, bruscamente dan media vuelta, de allá para aquí, eso es lo que se llama movimiento brownoideo, ¿ahora entendés?, un ángulo recto, una línea que sube, de aquí para allá, del fondo al frente, hacia arriba, hacia abajo, espasmódicamente, frenando en seco y arrancando en el mismo instante en otra dirección, y todo eso va tejiendo un dibujo, una figura, algo inexistente como vos y como yo, como los dos puntos perdidos en París que van de aquí para allá, de allá para aquí, haciendo su dibujo, danzando para nadie, ni siquiera para ellos mismos, una interminable figura sin sentido.



lucifernia despertó,
y tan mareada como estaba
bostezó el último escalafón
para los imberbes que desfallecían a su costado,

les dio de beber amor
como un laxante para sus parsimonias sensibleras,

mientras
amanece en el corredor,
con un sol que hierbe en sus caderas.


N.

"no volverás a ver
la mirada triste
del chico que observaba el infinito...

llamando a la estación
perdemos combustible
y la tripulación
se quiere despedir desde aquí

dejo esta grabación
a falta de algo mejor
la soledad es un lugar
tan vacío sin tí

Lady, Lady Blue
sin control, sin dirección
la luz se fue, ¿a donde voy?


todo se fue con el huracán."


(Lady Blue, Enrique Bunbury)

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