“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

viernes, 1 de octubre de 2010

(pour toi mon amour)

A las cuatro de la mañana, ya el maquillaje está corrido. El delineador ensombrece los contornos del párpado móvil y la línea que dibujan las pestañas inferiores. Si los ojos son cristalez cromados, ahora parecen un lago contaminado. Pero es un espectáculo urbano en el que sólo vos podés hayar una total claridad, un espejo verdadero.

Qué bronca. La bronca es más fuerte a las cuatro de la mañana. Es como si entre la soledad, los ceniceros, la oscuridad, los azulejos... Todo me habla y me denuncia la crueldad de una noche que por momentos apacibles se me disfraza de orangután, y sale a golpearse el pecho en la selva verde.

En vano prender la televisión, u hojear una revista, las Letras no están ahí, no, no las mías...

A mí me falta el aliento, se me van los hálitos de vida cuando contemplo lo mismo que todos contemplan y no ven.

Pero lo que más molesta es la pobreza moral de los que ostentan enormes cantidades de Dinero.

No puedo evitar la bronca.

Pero lo que más me molesta es la pobreza que nos aqueja a todos. No seamos ilusos. A todos.

N.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! de quién es este texto?

Simone dijo...

Hola! ése texto es mío, como todo lo que escribo. Abrazos

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