Algo que se rompe... El sonido de sus pedazos cayendo y retumbando... Para quien sabe oírlo es hasta melodioso, es hasta armónico, cada uno de esos ecos infinitos...
Ecos y ondulaciones y partículas al suelo... Una a una se separan, una a una se repelen...
Algo que se rompe, que se deshace como si nunca hubiese sido hecho... Burlándose del resto, del orden, del tiempo, de su propia forma... Arte...
Yo puedo escuchar esos sonidos. Casi en cámara lenta, hasta puedo verlo. Ya sean susurros, gritos, o no haya sonido alguno. Viendo y considerando que crear y romper son actos diarios. Yo puedo oír y ver... Cuando algo se rompe, cuando está por romperse, cuando fue roto. Cuando se rompen cosas... cosas dentro de cosas, dentro de alguien, dentro mío... Porque siempre hay algo roto, y nunca reparado del todo... Siempre hay algo roto y es interesante ver cómo la gente intenta reemplazar lo roto o arreglar lo roto o simplemente relegarlo a algún espacio donde nadie lo note. Qué hace cada quién con sus roturas. A veces heridas, que con pedazos se secan. A veces heridas que sangran más aún.
A falta de hábito de reparar, pero sí de destruir, quise hallar la manera de no sólo oír... Sino también de arreglar... de curar. Curiosa vocación la mía, de intentar hacer arte con lo roto y reparar o destruir casi arbitrariamente. Algo bellísimo y tempestuoso, triste y melancólico puede surgir... Casi siempre así... Rompiendo, creando.
Cuando algo se rompe nada en el mundo lo reemplaza, y por eso guardo tantos fragmentos, tantos recuerdos, tantos espectros... que escatiman por dentro, que a veces me guían, a veces me traicionan. Pero los conozco uno a uno y es prácticamente cuestión de tiempo, llevarme bien con ellos...
viven conmigo. En El Gran Sótano. De vez en cuando invito al gran descenso. En el sótano uno soslaya los recuerdos y manda a rehacer todo lo roto. A veces me meto allí dentro y descubro mil y un universos enteros. Cuando algo se rompe, surge algo nuevo. Surgen mil cosas nuevas. Una nueva astronomía se dedica con esperanza al trazado de todas esas nuevas órbitas y sistemas. Distancias, abismos, recuerdos, esencias, juegos... Quien hace y deshace está allí. ¿Quién dio lugar a la conciencia, quién dio lugar a la memoria? a todos los laberínticos espacios de la mente humana, donde se alojan realidades rotas y nuevas...
Ecos y ondulaciones y partículas al suelo... Una a una se separan, una a una se repelen...
Algo que se rompe, que se deshace como si nunca hubiese sido hecho... Burlándose del resto, del orden, del tiempo, de su propia forma... Arte...
Yo puedo escuchar esos sonidos. Casi en cámara lenta, hasta puedo verlo. Ya sean susurros, gritos, o no haya sonido alguno. Viendo y considerando que crear y romper son actos diarios. Yo puedo oír y ver... Cuando algo se rompe, cuando está por romperse, cuando fue roto. Cuando se rompen cosas... cosas dentro de cosas, dentro de alguien, dentro mío... Porque siempre hay algo roto, y nunca reparado del todo... Siempre hay algo roto y es interesante ver cómo la gente intenta reemplazar lo roto o arreglar lo roto o simplemente relegarlo a algún espacio donde nadie lo note. Qué hace cada quién con sus roturas. A veces heridas, que con pedazos se secan. A veces heridas que sangran más aún.
A falta de hábito de reparar, pero sí de destruir, quise hallar la manera de no sólo oír... Sino también de arreglar... de curar. Curiosa vocación la mía, de intentar hacer arte con lo roto y reparar o destruir casi arbitrariamente. Algo bellísimo y tempestuoso, triste y melancólico puede surgir... Casi siempre así... Rompiendo, creando.
Cuando algo se rompe nada en el mundo lo reemplaza, y por eso guardo tantos fragmentos, tantos recuerdos, tantos espectros... que escatiman por dentro, que a veces me guían, a veces me traicionan. Pero los conozco uno a uno y es prácticamente cuestión de tiempo, llevarme bien con ellos...
viven conmigo. En El Gran Sótano. De vez en cuando invito al gran descenso. En el sótano uno soslaya los recuerdos y manda a rehacer todo lo roto. A veces me meto allí dentro y descubro mil y un universos enteros. Cuando algo se rompe, surge algo nuevo. Surgen mil cosas nuevas. Una nueva astronomía se dedica con esperanza al trazado de todas esas nuevas órbitas y sistemas. Distancias, abismos, recuerdos, esencias, juegos... Quien hace y deshace está allí. ¿Quién dio lugar a la conciencia, quién dio lugar a la memoria? a todos los laberínticos espacios de la mente humana, donde se alojan realidades rotas y nuevas...
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