“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

sábado, 28 de agosto de 2010

Dandelion Surrealista V- Le Pont de Bélle Vistá


(En el tren. Vagón norrutinario, vagón o como sea que se llame ese "coso". Sonreíste aquella vez, por el mensaje, y nuestro encuentro ilegal. "Cosificás todo, mi amor" evocaste hoy. No es culpa mía, decíselo a las Ciencias exactas en el siglo XV. Allí estabas. Enfrente mío, tu rostro imperial, y vos sabés toda esa serie de cataclismos que demoro en pensar para más tarde explicarte con aletargada ensoñación. L amourese, vos entendés. Si no entendieras vos...)

Mirás a lo lejos,

qué bonito forastero perdido en su nación digo yo...

En tus ojos se desdibuja la realidad, pero reaparece entre girones grises y fotografías. Reaparece tamizada por la ideología y por el sentimiento. Yo veo una lágrima roja, pero también veo a un corazón elevado en tus puños. Allí está. La pradera verde amarronada en la que me gusta sentir que corro. Eso que se llama Libertad, está ahí, en el reflejo de tus ojos, rúbrica del alma, lo he pensado ayer mientras te miraba y lo sentí hoy cuando desperté. Estás acá, corazón, donde latís y suministrás vida.


Bajamos.
Norru Tina. A contra mano de La Gran Costumbre.Ahí donde los andamios no alcanzaron a tenderse, en esa tierra sin deforestar, con sombras de luz y luz de sombras.

Tomados de la mano.
Suelo correr para arrastrarte un poco. Run baby Run. Mamá dice que aprendí primero a correr y luego a caminar.

Me gusta sentir que te guío, que te llevo. Aunque sea yo la niña prendida de vos, todo el tiempo.

El tipo, el mecánico, que nos miraba pasar. La mujer del perro versión pocket, con cara de best seller, con pesadillas de bayaspirinas empaquetadas en novela de las tres. Me sonreí porque me da gracia lo que a veces decís, esa vision del mundo que tenemos, ese idioma que no se aprende en academia...

Es decir, la calle vacía, el empedrado hecho historieta, y la autopista, y el puentecito...

Pero no nos detuvimos allí, eso después, tiempo al tiempo, eso se hizo al hacerse. Caminamos hacia mi casa, dejé las cosas y volví a salir. "mirá si Natalia no vuelve" "ay, por favor, mamá, mirá si no va a volver...". Y nos sentamos en la vereda de la esquina, entre quince minutos y mis piernas junto a las tuyas, un breve repaso de lo que nos supone allí.

- Mi mamá siempre espera que en las competencias, yo salga primera.
- Sí, mi mamá es igual.
- Tiene todos mis "diplomitas" y esas pelotudeces. Pero las madres son así. Orgullosas.

Como para no estarlo. Si yo fuese tu madre, mi ego también me contaría anécdotas. Lo copado es que soy tu novia, por ende, lo hace.

Caminamos, volamos, de la mano. "¿Y quien no tiene un amor? ¿Y quien no goza entre amapolas? " Dandeliones surrealistas que voy soplando desde los labios, amor, quiero llegar a vos. A veces te me tornás tan inalcanzable como el mismo Cielo, y yo abro mis manos, y quiero tocarte, arañarte al menos (te dejé algunas marcas). Te amo. No diference between us. Lo difícil es hermoso y lo hermoso es difícil. Corrí un poco, me alcanzaste. Una vez corporizamos la lucha de clases, me gusta que mi cuerpo sea siempre el escenario, y que el tuyo sea todos los actores a interpretar. Vitupera los Dioses de este avatar interestelar. Charly, Charly...Viento y sol de verano en una tarde y Agosto. Ah, entendé? Cosas así.

Las escaleras semi rojizas. Jurisdicción federal, me explicaste. Las vías del tren, los andamios, la estación, la autopista. Subimos mientras tocaban bocina y se nos caían las carcajadas haciendo ruidos en los escalones mientras llegábamos a la cima. Allá arriba ya habíamos estado, la noche anterior a la anterior noche. Porque habíamos perseguido la luna, G, la perseguimos, estaba detrás de los pinos, estaba en ese horizonte donde recordamos a Galeano y a las utopías. Qué bien se ve, es un urbanismo de atril, un retazo propio de atelier de barrio.

Tres de la tarde. Quizás más o menos. Da lo mismo, no existe el tiempo. En ese lugar nos quedamos mirando hacia abajo, y los autos pasaban, y todo se movía, pero nosotros podíamos quedarnos quietos, en esa suerte de centralidad inveterada (inveterada, así como decís vos) en esa suerte de maldición sonsacada en los labios de algún viejo emperador que suspiró con un provenir posmoderno, creo que allí nos imaginaron a nosotros, en ese paisaje de generación insurrecta, que camina entre zombies no menos despiertos, pero que no agacha la cabeza. Ahí estamos, bebé, ahí nos vemos y hacia allá vamos. El pelo suelto y me lo despeinaba el viento, vos me sostenías de atrás y me daba miedo que me acercaras tanto a la barandita del puentecito, me daba vértigo "es hora de superar miedos" y te reiste. Mi mayor miedo no es caerme, es que te vayas. No te vayas, mon amour.

Después nos sentamos, y mis piernas, y tus manos, y no había nadie, y los pensamientos... Tocame, corazón, tocame, me encanta que lo hagas. Yo vuelo en tus manos, hago el amor con tus deseos, me encuentro soñando despierta con cada una de tus sugerentes sonrisas, miradas, besos...

Escribí un "Viva la Revolución" escribiste un "Te amo, N. G." Yo creo que lo más importante quedó inscripto en el cemento de nuestro pont de Bélle Vistá. Qué peculiar que sos para los chistes precisos. Me encantó ese nombre, como parafrasenado al de Julito en Rayuela. Es decir, a Francia de Luna de Miel, a Cuba cuando nos recibimos, al interior durante la carrera. Me encanta. Quiero eso, quiero Gabo, quiero tu cama y tu habitación.

Adonde sea que vamos sembramos un recuerdo, es genial eso, nos hemos tornado memorables. Y esto lo digo con un orgullo que raya en la arrogancia. Como en el Modelo Legislativo, todos hablaban al decir de senadores, y vos te parabas con el micrófono en la mano... El tiempo se paraba, yo sonreía... "Sí, es mi novio"

Qué nena tonta soy. Y vaya si seré laberíntica. Pero en nuestro Pont de Bélle Vistá encontramos una vez más nuestro lugar en el mundo. Adonde vayamos juntos tenemos un hogar. Mi hogar está en tus manos. Tenés ahí la esperanza,la guía, la posibilidad, el ansia, la verdad, que yo busco y que a veces se me escapa o me explota en el cuerpo tornándome cenizas... Te basta un segundo, mirarme y hacer que resurja como el féniz de las mismas cenizas que son ahora dientes de león, y los cuerpos en cada semillad del dandelión, dispersando esperanza cuando los soplo en tus cabellos.

Volví a casa y sentí que el mundo era más bello. Leí a Platón y descubrí esa frase "Lo Hermoso es Difícil" ¿Cuándo fue fácil? ¿Cuándo lo quisimos así?

Te llamé. Mañana te veo. Que te amo más. A las tres, Martin Coronado. Digo, Norru Tina. Vos sabés que nos encontramos siempre ahí.

La pieza era la de mi antigua casa, la cama rosa, un hospital inventado. Recostada. Sábanas blancas. La voz de mi madre. Te sabía a mi lado, tu boca junto a mi oído. Me sostenías el rostro. Estabamos juntos. Respiraba agitada y tenía algo de miedo.
De pronto, allí estaba. Ese cuerpecito pequeño. Era una bebé preciosa. Pelo negro y ensortijado. Ojitos como lucecitas, como luciérnagas ("viste que no hay más bichitos de luz, G?" "Es verdad... y tampoco hay grillos" "Pero, en serio, no hay más bichitos..." "No, no hay... Es una lástima" "Sí, pero en serio..." ) Preciosa. Y estaba tan feliz. Y la tenía en mis brazos. A su vez, vos me tenías en los tuyos.
- ¿Cómo le ponemos, Amor?
- Paloma.

Paloma. Porque va a ser Libre. Porque va a ser ella misma. Como su madre, como su padre, pero ella misma.

De los lagrimales me caía la emoción. Cosas que pasan. En fin.





(Vos. Yo. Conversación platónicamente hermosa. Parados en ese asiento de plaza. Atardecía. Anochechía. Nosotros estabamos ahí. Nosotros. Vos. Yo.)

Me había sentido mareada, habíamos cruzado un par de cuadras, el baño de Bonafide, la mujer insulsa de inventada preocupación "¿Te sentís bien?" los ojos como separados del rostro, las manos como en ademán de recomendación. Y no, mina, estoy casi desmayada. "Me mandaron a preguntarte si estabas bien..." Sí, lo estoy, mil gracias, ya salgo.

Respirar. Viajar en tren se asemeja a respirar. Con la ventana abierta, y el paisaje desfilandote en los ojos.

Bajo en Norru Tina una vez más. Avisté a la señora enfrente de mi asiento sosegándose en un mensaje de texto con el celular. Me topé con el pibe que deja las tarjetitas por monedas. Yo le dejaría un sueño entre sus manos, lástima que el siglo XV y la cosificación del conocimiento. Basta de pesadillas de living room, Tucumán arde todavía.

Ahí estás. Hello, Stranger. Bonjour, G. Amore mío. De pronto, el alma deforestada se transforma en agua fresca que acaricia acantilados donde parecen culminar los abismos.

- ¿Qué estás leyendo?

Me aproximo y te hablo al oído. Te gusta tanto lo que también me encanta a mí. Nos tomamos de la mano. Caminamos y yo te explico que pun y que pan, que beno uno y beno dos, que beno esta bien ti vos detis, que cómo te fue y que te amo y te tengo que abrazar.

por favor, amor, jamás te vayas de mí.

Y caminamos. Te hablé de mamá y de que estaba feliz. Aclaré las cosas con ella. Ella entendió. Yo entendí. Yo te sé mío y me sé tuya desde el mismo momento en que te vi.


Esto de escribir se convirtió en escribirte. Esto de amar, de pronto fue amarte. Cómo odio pisar cristales, porque son bellos pero lastiman, hacen salpicar sangre y cubrir de hastío al placer mundano. Duelen un poco las alas cuando se acostumbraron a estar escondidas. Duele y es brutal el encuentro de los ojos y de la luz, lo explicó Platón en sus alegorías. Pero lo difícil es hermoso. Lo hermoso es difícil. Estamos juntos.



No me importa si te vas diez días, carajo, vos y yo seguimos en el pont de belle vistá. Ahí te veo cuando vuelvas.





N.

No hay comentarios:

Archivo del blog

Buscar este blog