“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

lunes, 16 de agosto de 2010

Dandelion Surrealista III - Rotura en la pantimedia

(Toda la noche juntos. Qué bien se sentía eso. Frío nocturno, la piel cálida, amigos dispersados, un colectivo, pequeño sueño compungido cayéndoseme de los ojos. Sostenida entre sus manos. Norru Tina y un par más salteadas. Las estaciones se sucedían sin que nos importara demasiado. Otro colectivo y luego caminar de la mano, y luego correr. ¡Corré, corré!. Sofocada estaba, anonadada estaba, y estábamos. Estábamos -¿No es eso todo lo que importa?- juntos.Y Estamos.)






Cuando salimos del boliche caminamos de la mano, y yo miro en tus ojos donde hay praderas y kilómetros de atardeceres en bicicletas aladas y tickets de metro guardados. Cuando íbamos caminando en medio de una pronta madrugada, no sentía el frío que hacía helar los poros de cualquiera, porque teniéndote de la mano pareciera como si ninguna otra sensación pudiese competir con aquella. Tamaña demostración de enamoramiento cuando hasta el estupor encubre a los sentidos. Sin embargo no los ha entorpecido, exceptuando momentos, los ha despertado. Aquello que no se siente con el alma, no merece ser sentido. El frío lo siento con la térmica de la dermis, pero con el alma siento tu mano, enlazada con la mía, mano de verad, mano pícara-hábil-amorosa que me desnudaría tiempo después en tu cama.

Cuando salimos del boliche caminamos de la mano, y yo miro directo a tus ojos porque son reflejo directo de lo que se respira de vos. En ese aire yo no me ahogo, yo me encuentro, entonces ¡Oh, calamidad! ya no me molesta el resto. El mundo gira y gira cual satélite cubierto de alguna sarta de mentiras que nadie llegó a descubrir. Pero en mi absurdo yo dibujo una sonrisa, porque de pronto ya no tengo prisa, si corremos lo hacemos juntos y en medio de una calle que nos enardece el corazón.

Cuando salimos del boliche caminamos de la mano.
Nos despedimos de los amigos. De las lucecitas de neón que se corren como cortinas cuando me acuerdo de las risas y los celos de la noche...
Transitorias nimiedades que son palacios para mis recuerdos, y que me encantan como me encanta encontrarte entre cada paredón.

Cruzamos y la vereda, la vereda y a cruzar.
La parada de colectivo,
y el idioma "piola"
y el subir y bajar.
La foto de Pino Peroncho y
las parodias de tus chistes y
tus explicaciones y
tantos "y"
que padezco polisíndeton en cada enunciación de memorias sinestésicas.

Dos colectivos y la calle. Sólo un par de cuadras, mi amor y haber si te acordás sola de cómo llegar me dijiste. Corriendo, corriendo. Era divertido. Botas y piernas largas no siempre son buena combinación cuando uno mete carrera cuasi difamando la quietud de la noche. Pero qué lindo es tenerte ahí, en mi mano, tenerte ahí, conmigo.

Llegamos, moin aime !

Despacio a abrir la puerta. Que duermen los viejos, que no suene tan fuerte el latido insurrecto del corazón rojo -no en ese instante pero ¿qué más inevitable?-. Entrar a tu pieza, encontrar Rayuela, releer cuando La Maga habla de Ossip y de La Odessa (ya llegarás a ese capítulo y por fin verás los celos de Oliveira)

Recostada en tu cama, mientras ibas y venías, pero para mí nunca te ibas -porque cuando estás cerca, yo lo siento permanentemente- y cuando estás lejos te siento como si mi lama se hubiese mudado a dónde fuese que tu pago se estableciera.

Que me saco las botas, que me miro el delineador corrido en el espejo y recuerdo cómo me gusta bailar delante tuyo. Volvés y acomodás el colchón, cerrás un poco más la puerta de la habitación, y ya te tengo aquí-cerquita-alladomío-norrutina-nocostumbre-revolucion-amordemivida.



Y ya debajo de las sábanas en un mundo diferente. Es un mundo nuestro de tan propio de cada uno de los que integran esta Libertad Cadena. Una de las razones por las cuales podría pasar incontables horas de acuerdo a esa entelequia denominada tiempo bajo tus sábanas, es porque es el mejor escape -y el más directo- a ese mundo sólo nuestro, al que nadie entró antes ni jamás.




Cuando amarnos es un juego, es una verdad, es una ley, es una necesidad, un deseo, un cavilar, una certeza, tantas "una" -como dos, tres, como cuatro, ochenta y dos- tantas más... Todo lo que me importa es estar ahí y ser aquello que vos sos.
Nada es más surreal que debatirme entre tu cuerpo y el mío, a tal punto de que ya no puedo más que pertenecer más a tu ser que al mío, sin alienar mi identidad, en las más bella y armónica de las sintonías. Yo sé que eso es amar.





Dormir uno junto al otro y descubrir toda esa serie de delirios accidentales que me transportan en un viaje de salvajes dandeliones volando en medio de mariposas multicolor. A veces abrís un ojo, y yo secretamente sospecho que con él me vigilás. También movés tus manos, secretamente intuyo que me persiguen para apresarme. Fácilmente nos encontramos presos de la Libertad más hermosa, corporizando la lucha de clases, la Revolución y la Resistencia están vívidas y rojas donde esté encendida la pasión del amor que tenemos.

De pronto, mediodía, y ya la claridad se hace notar a través de las hendijas de la persiana. Escuché la voz de Pina y los ademanes sonoros de Juan. Pero por más que intenté despertarte es sumamente difícil trasladarte de tu fantasía onírica a nuestra fantasía realidad. Y yo que me hago decir pasajera en trance, vos parecías naufragar en aras de una dulce ensoñación.

De pronto, despertaste, me abrazaste y emitiste un par de frases divertidas y chistosas. Qué genial que ni bien despertás lo primero que hacés es una broma. Esa manera de interpretar al mundo, entre dialéctica de Kierkegaard y tomatazo de bolsillo. Y te abrazo como para decirte que me escapé de tu sueño y llegué sólo para hacerte feliz.

Hablamos y hablamos. Hablamos y Hablamos. Decimos y decimos y recorremos todo lo que parecía absimalmente insalvable en kilómetros de tiempo inefable y excusas algorítmicas de prejuciios en gentilicio. Sin embargo, ahí estamos: juntos, felices. No lo imaginé, ni vos. Ni vos ni yo, pero juntos sólo puede ser una Victoria.


- Se me rompió la media.
- ¿dónde?
- Dame el dedo, así te muestro... Igual es apenitas.
- A ver...
- Acá, ves?
- Ahhhhahhh...


Y emitiste un sonido que nos divirtió por tanto rato. Una rotura en la pantimedia y nosotros un circo de amantes con los corazones levantados. Si tuviese que sangrar hasta disecarme entre tus manos, lo haría hasta contenta de exhalar un último hálito por la verdad de tu ser.



N.

2 comentarios:

Gabo Rossini dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gabo Rossini dijo...

Pasar y correr y tomar un tren y amarte y besarte, dandeliando surrealísticamente mientras un viejito pícaro nos mira con Non Santo Disimulo y atisba a ver mis diminutas manos rozando tus hermosas caderas, tus tiernas facciones, tus esbeltas sinfonías corporales que me llaman para ser director y coordinar esa orquesta filarmónica estable berlinesa a la francesa corrompida y antisistema que corroe corroiendo las bases del sistema-estado y viene hasta mí y en esta frase no hay una "miserable" (palabra que abunda en mi dialéctica monotonía discursiva) coma y uno tiene que tomar mucho aire para leerla porque sino se queda a mitad de camino pero vos no mi amor porque sos perfecta y no necesitás tomar mucho aire porque el aire es un "algo más" de esta Tierra y vos y yo y nosotros y todo lo que nos compete estamos más allá, más allá de cualquier entelequia y !oh, casualidad¡ ahora volvieron las comas, ellas me acosan, se ponen en determinados lugares, me hacen citarlas cuando las escribo, son separadores, son un Oliveira cualquier en mi vida no sé muy bien por qué, pero sí sé por qué Te Amo y porque sos hermosa, sos el amor de mi vida, y no existen palabras más bellas que las que me dedicás a todo momento.
Acercarme a tu boca y sentir tu voz dentro mío, caminando de la mano, corriendo de la mano, recordando dónde está tal o cual lugar, llegar a la estación y faltar monedas en lugar donde se depositan llámese billetera no de cuero sino de eso y comprar alimentos para ser injeridos en el trascurso camino que no es rutina ni robotina sino que es Norru Tina una linda estación donde nos encontramos siempre, vos y yo, mi amor, y nos encanta eso, nos encantamos, me encantás vos y cavilo, cavilamos, vuelo, volamos, no vamos en tren, no vamos en avión, solo te necesito a vos a mi alrededor. Y lo que estoy haciendo ahora es culpa tuya, soy surrealista por tu culpa, soy una nueva persona, por tu culpa, ahora Soy Feliz, existo felizmente, por tu culpa. Soy y Existo, permanezco, gracias a vos. Vos trascendés y yo lo veo. Lo hacés muy bien. Todo lo hacés muy bien. Pero lo que mejor te sale es hacerme feliz. Felicitaciones, porque nunca nadie pudo hacerlo. Me siento ultrajáo po'que ha' sabido movuerme al movimiento y has logrado que ame nuevamente. Y en este capricho hecho ley, en este capricho manifiesto como nuestros mutuos celos te digo: Te Amo, mi amor inmaculado e infinito.

Te Amo N., tu G. surrealista, espuria y Roja.

Archivo del blog

Buscar este blog