“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

jueves, 3 de septiembre de 2009

Carbonilla, polvareda, suspiros,
Y las veredas con las cenizas
del tipo que pasó con el cigarrillo,

Hojas de papel, frutos secos, otoño,
Cuando doblando la esquina se apagó
el fuego del tipo junto a la chimenea.

Cada tanto se rompen cartas,
se escupen palabras
y se sacrifican sentidos,
siempre solemnes y tácitos

Pero el insomnio no alcanza
para adormecer al olvido,

Y en realidad,
el hecho de que se escondan
no los hace menos prohibidos,

A los amantes escépticos de vulgaridad,
a los enamorados idiotas de sensibilidad.

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