Mezcla de resentimiento, odio y traición...
La naturaleza le dio resguardo
al oscurantismo de los Cielos
porque más que ángeles caídos
resultamos ángeles enfermos,
y en la propia existencia hundidos
y felices por los festivales celebrados
en nombre de algún Dios herido,
en nombre de algún mundo imposible...
Pero qué placer el de ver morir al propio placer
consumado en el Deseo
qué alegría la de saberse perdido
en las peripecias del sexo empedernido
y retumbando en los ecos de un destino
Se suscitan las emociones más turbulentas,
los desencuentros más perturbadores,
y en el medio de la nada la soledad
que anida los más grandes temores...
Es el circo de bestialidades
las deshonras, y las condecoraciones,
como risas y gritos ensordecedores,
y agita sus pestañas porque le agrada el festín...
En el medio de la gran ola,
en el surco del torbellino,
en la vorágine de pelos, cuerpos y saliva,
nace esa sensación,
esa emoción
hecha de retazos de alma,
las audacias del corazón
(que se creyó por siempre una farsa)
emoción casi humana,
casi ajena y extraña,
pero siempre propia
que de tan imposible se torna segura
que de tan violenta es apacible.
Y más raro aún que una naranja mecánica
el dolor de un sólo segundo
convertido en goce
el pinchazo de un instante
cuando el tiempo es sólo aparente...
Y el placer de sentir tal violencia que amarra
los brazos y las piernas
la boca
y los ojos
Y
la Libertad
de saber que pudiendo romperlos
permanecemos atados
La naturaleza le dio resguardo
al oscurantismo de los Cielos
porque más que ángeles caídos
resultamos ángeles enfermos,
y en la propia existencia hundidos
y felices por los festivales celebrados
en nombre de algún Dios herido,
en nombre de algún mundo imposible...
Pero qué placer el de ver morir al propio placer
consumado en el Deseo
qué alegría la de saberse perdido
en las peripecias del sexo empedernido
y retumbando en los ecos de un destino
Se suscitan las emociones más turbulentas,
los desencuentros más perturbadores,
y en el medio de la nada la soledad
que anida los más grandes temores...
Es el circo de bestialidades
las deshonras, y las condecoraciones,
como risas y gritos ensordecedores,
y agita sus pestañas porque le agrada el festín...
En el medio de la gran ola,
en el surco del torbellino,
en la vorágine de pelos, cuerpos y saliva,
nace esa sensación,
esa emoción
hecha de retazos de alma,
las audacias del corazón
(que se creyó por siempre una farsa)
emoción casi humana,
casi ajena y extraña,
pero siempre propia
que de tan imposible se torna segura
que de tan violenta es apacible.
Y más raro aún que una naranja mecánica
el dolor de un sólo segundo
convertido en goce
el pinchazo de un instante
cuando el tiempo es sólo aparente...
Y el placer de sentir tal violencia que amarra
los brazos y las piernas
la boca
y los ojos
Y
la Libertad
de saber que pudiendo romperlos
permanecemos atados
2 comentarios:
Si estos textos son de tu creación, sólo puedo decirte que admiro la profundidad de reflexión que tienes a tu edad.
El Profesor
Así es, Profesor. Son de mi creación, agradezco sus comentarios (Realmente mis Letras no son envidiables, pero sí puedo decir eso de las suyas)
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