“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

sábado, 5 de septiembre de 2009

Pinceladas de tus dedos en el lienzo que es mi piel
El cuarto de hotel quedó salpicado por nuestra sudestada

Amarillo incienso partiendo de tu boca,
Semejante intento de sostener al tiempo que derrota…

Dream, baby, and keep dreaming…
Se siente la piel como un desierto tibio,
Y será Strauss con el avatar de su concierto,
Miles Davis a medianoche,
El color de los ojos tornados claros y a la vez turbios,

Es el deseo, niño (es un vino blanco) sosegado en trizas…

Consumiendo la melancolía,
Derramando nihilismo en caricias sin lastimar,
Qué desdicha no poder prolongarlo aún más,
Qué perfecto que acabe allí y quede en el aire suspendido

Los rastros de todo lo que fuimos


A
la luz de una noche y un balcón y un tocadiscos


Es el deseo, niño, es un Vermont classique…

Es la arquitectura de tus huesos,
Dispuestos mejor que en cualquier obra de Gaudí,
Y las tardes enteras, cuarteando las sábanas,
Escapando a los prejuicios del yugo occidental…

Dream, baby, and keep dreaming…

Sofócate hasta desfallecer,


Exhale en mí el hálito de enconada desesperación,


Y hasta que el gesto abatido me llene de satisfacción…

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