"Pero al mismo tiempo es todo tan fugaz. Siempre fui e inmediatamente dejaba de ser.
El día transcurre a su aire y hay abismos de silencio en mí."
De Un soplo de vida, Clarice Lispector
Cuánto tiempo
Queda
Hasta que se agote
El tiempo
Las ventanas
Abiertas
La habitación
Ensombrecida
Por la vereda
Desfallece
la figura
del amante
Cielo gris,
Niebla ,
con sabor a hecatombe
(romance andaluz)
visagra entre
lo que queda de uno
y el Infierno,
lo que queda entre las manos
escurriéndose,
por dentro,
chorreando,
por fuera
Cuánto tiempo
Queda
Hasta que se escapen
Los instantes
La cama deshecha
La mirada errante,
El cuerpo casi desfigurado
Por el éxtasis arrebatado
Como a punto de escaparse,
Como el agua evaporando
Las épocas que se destilan…
solvente poderoso el del ocaso
mirada insomne
que descansa
en lejanos matorrales
y cuánto tiempo queda…
cólera obscena
del sabor del Vermont,
destiñéndose de su vestido,
la gala nocturna
respirando nicotina
hasta escaparse el alma
agotando la polvareda
del hombre que alguna vez fue
camina y olvida el tiempo:
cuándo el tiempo lo olvidará
a él…
Y ella en su cuarto desvestido,
Ella y las persianas sin caer,
Ella y el pálido destino
Cuándo el tiempo
Dejará de ser tiempo
Y será lo que en verdad es…
Aliento vespertino
que sucumbe antes de ser
El día transcurre a su aire y hay abismos de silencio en mí."
De Un soplo de vida, Clarice Lispector
Cuánto tiempo
Queda
Hasta que se agote
El tiempo
Las ventanas
Abiertas
La habitación
Ensombrecida
Por la vereda
Desfallece
la figura
del amante
Cielo gris,
Niebla ,
con sabor a hecatombe
(romance andaluz)
visagra entre
lo que queda de uno
y el Infierno,
lo que queda entre las manos
escurriéndose,
por dentro,
chorreando,
por fuera
Cuánto tiempo
Queda
Hasta que se escapen
Los instantes
La cama deshecha
La mirada errante,
El cuerpo casi desfigurado
Por el éxtasis arrebatado
Como a punto de escaparse,
Como el agua evaporando
Las épocas que se destilan…
solvente poderoso el del ocaso
mirada insomne
que descansa
en lejanos matorrales
y cuánto tiempo queda…
cólera obscena
del sabor del Vermont,
destiñéndose de su vestido,
la gala nocturna
respirando nicotina
hasta escaparse el alma
agotando la polvareda
del hombre que alguna vez fue
camina y olvida el tiempo:
cuándo el tiempo lo olvidará
a él…
Y ella en su cuarto desvestido,
Ella y las persianas sin caer,
Ella y el pálido destino
Cuándo el tiempo
Dejará de ser tiempo
Y será lo que en verdad es…
Aliento vespertino
que sucumbe antes de ser
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