“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

miércoles, 3 de junio de 2009

Take me out of here...

Cuántos gestos, cuántas miradas, saludos, despedidas, escalones, puertas, cerraduras, más miradas...
Uno camina por la calle y se tropieza con la vida. La vorágine de la ciudad y la escoria social. La vida y su flujo turbulento. La gente y la esperanza, los niños y los recuerdos.
Me perdí una vez, cuando era muy chica. Recuerdo la impresión de estar rodeada de "gigantes". Sentirme así de pequeña jamás me gustó... Esa inseguridad alrededor, la vulnerabilidad... Sin embargo crecí y a veces sigo sintiendo eso... Sigo sintiendo que me perdí entre gigantes. Ya no busco a mamá, me busco a mí misma. En esa búsqueda he tenido la suerte de hallar lo increíble...

Cuántos recuerdos, cuántos planes, cuántos sueños. Tantos y tantos. Vértigo. Susto. Mantener la calma. Respirar... respirar...
Los latidos del corazón acelerados.
Palabra deshiladas, pensamientos encontrados. ¿por qué todo debe ser coherente?
Por qué simplemente no me pierdo y dejo que los gigantes me arrastren en la corriente... No. Porque sino seré uno más de ellos, porque sino dejaré de ser esa niña... que se perdió y nunca fue encontrada.

Me encuentro en aquellas cosas que me hacen sentir viva. En vos, en mí, en eso. En lo que viene y en lo que fue.

Cuántos sentimientos, cuántos pensamientos, deberes, tareas, horarios, salidas, parciales, fiestas, amigos, novio, vida, muerte, suerte, esperanza, fuerza, vulnerabilidad, escalon, escalon, escalon, puerta, laberinto...

un laberinto.... Una nebulosa...

Y como Teseo y Ariadna, una historia de amor.

Una nebulosa... Mi propia nebulosa. Un Abismo y una salvedad. Un pacto con todo aquello que me atormento en el pasado, el precio por mi alma no es demasiado digno de pagar.

Y vuelta a aquí... Aquí estoy...
Despertándome del amargo letargo, despertándome con el amanecer. Albor de lo nuevo, depárame algo cierto, algo verdadero, cual súplica de una heroína trágica. Por dios, qué estoy diciendo... Odio tanto la falsedad.

Las mentiras, la gente, decir lo que pienso, la vida, mi padre, mi madre, lo que siento, lo que no siento, las personas que deje atras, las personas a las que hice sufrir, la personita que casi se aloja en mi, la personita que perdi sin haberla soñado y sin haberla deseado, personita que se fue, personita que soy, engaños, lejania, cercania, paraiso, rencor... sabor...

El sabor dulce de las frutillas y la luminosidad de una pintura con barniz... De pronto Rayuela de Cortázar, Y un Chateubriand... De pronto, todo es placer y banalidades...

De pronto recuerdo que la realidad no es del todo real. Que la esencia de las cosas reside en aquéllas que parecen casi escapadas de un sueño.

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