“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

sábado, 8 de agosto de 2009

Desde temprano por las calles,
vagando para hojear veredas,
intentado descubrir esquinas sin firmar...
Y buscando nenas
"¡que tengan perfume a fresa!"

princesitas de hielo en su castillo de cristal,
(cristales que estallan como un corazón al romperse)
y que siempre te ha sido un espectáculo
digno de ver y atestiguar.

Pero todas exhalan un pesado suspiro...
y se te hace complicado andar.
Entonces buscas las piernas largas
de alguna muñeca de porcelana
con ojos café y pestañas pobladas,
pero también te duele quedar atrás...
Como para ganar antes del primer golpe,
te lanzás a la calle desde temprano,
cual nube solitaria en un cielo despejado,
mezclado entre la gente y sin ir a ningún lado...
Apresando alguna banal sonrisa,
sórdido recuerdo del hombre que no fuiste,
encargando minutas con rostros maquillados,
como sello del ritual entre muros alejados.
Apresando alguna mirada cobriza,
que encuadrar entre los azulejos,
para recordar las presas que consumiste una vez más...

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