“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

sábado, 8 de agosto de 2009

¿Quién puede fusilarte en mi alma?
Si sigo vistiendo la pesada armadura,
el desvelo que reviste mis noches de ensueño
se encarama cada tanto bajo el recuerdo
y me hace perder la cordura.
El recuerdo de tu piel ausente,
el saber en el que te desvisto.
Y como una suerte de mercenario me alisto
para ser el siguiente en tu lista de intentos...
Pero¿Quién puede fusilarte en mi alma?
Si soy un forastero, mitad hombre, mitad lamentos,
Si el único crimen en el que somos compañeros,
es haber lanzado esos suspiros al cielo,
cuando creíste que yo no te veía,
cuando dijiste que no era sincero...
¿Quién podrá fusilarte en mi alma?
Casi son estrambóticos ruidos,
sacudiendo los cimientos de hasta uno mismo,
pero no, ni aunque quisiera...
¿Quién podría y quién supiera
fusilarte en mi alma?
Y que sea una muerte casi sin serlo,
una agonía que hasta me descuartizara.
Porque matarte en mi alma,
sería asesinar mi desvelo, mi nostalgia, mi deseo,
y la agonía no bastaría
para fusilarte de mi cuerpo,
Duele tu cuerpo en el mío, duele el cielo ya sin ser espejo
duele la vida y sus girones
en esta vorágine de partidas con sabor añejo.

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