“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

miércoles, 5 de agosto de 2009

Váyanse de una vez...




Aléjense de una vez por todas,

guarden en sus conciencias lo que tengan qué decir,

porque, de todas maneras,

a nadie le importa escucharlo.


Se han desaparecido con restos de cordura,

se han ido lejos y han permanecido sentados..

Uno al lado del otro... lejísimos...

Sin casi decir palabra...


¿De qué sirve escrutar a la paciencia?

Ese juego maquiavélico,

ideal para quien posee las dotes de la crueldad.


Y de qué serviría aguantar más y más,

Y almidonar las capas de la conciencia,

que se sabe sucia y culpable,

que repasa recuerdos lamentables...


Aléjense de una vez y para siempre.

Está bien si duele, está bien entonces,

amar no significa estar absuelto

ni bajo las sombras del otro...

¿O tal vez sí?

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