Dibujaste un corazón. Dijiste cosas. Sentís cosas.
Tenés miedo también, como yo.
Tenés miedo a qué somos. Tenés miedo a sentir lo que sentís por mí hace mucho tiempo.
Soy observadora, me doy cuenta, soy perceptiva. Y veo que te asustás, veo el miedo sufrir. Pero, sabes que? no tiene por que existir eso... Yo no te voy a atar a nada. Ni a mi misma. No será que lo que te atemoriza justamente es que, sin atarte, te querés quedar conmigo.
No sé si está bien. no sé si está mal.
Pero sí, te extraño.
y te odio por eso.