“Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica.”

jueves, 30 de julio de 2009

Detonador






Cuando pienso en vos, tengo esa sensación de vértigo... de estar a punto de caer de un precipicio, de estar a punto de elevarme por sobre el resto… como entrando en un trance, rápido y efímero, que de repente me hace chocar y mas fuerte con la realidad.
Tengo miedo de quedarme sola. Miedo de que las puntas filosas que despuntan en ciertos momentos me corten y me sigan lastimando. Hay muchas heridas.
En vano seguir cosiéndolas. Los puntos se salen… y la herida que una vez goteo sangre hoy sangra a borbotones, y ¿la verdad? Ya ni las siento. Es extraño, me volví insensible al dolor. La costumbre ¿no?
Tenía miedo de mi misma… o mejor dicho, solía tener miedo POR mi misma. Un cuerpecito tan débil, tan tímido e inseguro. Cualquiera podría quebrarlo con solo arrojarle un par de maldiciones.
Tan delicada… tan de porcelana blanca y sonrosada… con ojos grandes y negros… con un cabello largo, largo, de sacerdotisa…
Pero el ángel llego a ser demonio, y la sacerdotisa se volvió bandida.
¿En que momento? ¿Cuándo me transforme en victimario además de victima?
Que triste, me da miedo, sigo teniendo miedo. Y por fuera igual de igual: fuerte, fría, cínica, lejana, inalcanzable…
Inalcanzable…
Tanto que a mi alrededor ya no hay nadie…
Nada.
Las noches de luces y bailes se han tornado insípidas. Las lecturas, eternas del pasado, han acabado su magia.
Pero yo sigo siendo la muñequita de la caja de música, la virgen del sahumerio gris y perfumado, la que danza en la oscuridad…
La cajita de música, el escenario de ballet, lagrimas, aplausos, reverencias… ¿Por qué?
¿Por qué deje de bailar?
¿Por qué abandonamos tan rápido nuestros sueños?
¿Por qué perdemos significado?
La gente es toda igual aunque se esfuerce en diversificarse. La gente se volvió toda igual, igual de débil, igual de insegura, librados al azar como un juego, en el que el único ganador, es el misterio.
Misterio. Yo soy misteriosa. Hasta para mi misma, soy un misterio indescifrable ¿no lo somos todos?
Estúpida manía de hablar poéticamente. De transformar lo simple en parábola, como los científicos.
Dicen que de una gota de agua puede surgir un río…
Dicen que lo bueno de los abismos es que pueden crearse puentes para cruzarlos…
Nadie dice que no, pero soy muy débil para lograrlo.
Es mas, soy muy débil como para intentarlo.
¿Qué importa?
Sí, importa…
Qué difícil, qué confuso…
Sensación de extrañar a alguien a quien no se puede tener…



Cuando todo me tiene cansada,
Cuando todo lo que se suma
Va detonando la mecha
Y llega a la bomba…
Y voy a explotar…
No me queda más que huir
¿A dónde ir?


Escrito el 29/04/05

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